TORREÓN, COAH.- El objetivo principal de las presas en el río Aguanaval es controlar las futuras avenidas para salvaguardar las vidas humanas y las áreas productivas que hay en las riberas, declaró Miguel Ángel Jurado Márquez, gerente regional de la Comisión Nacional del Agua (CNA).
Sobre la polémica desatada en torno al proyecto de las presas del Cañón de la Cabeza y Del Tigre, el servidor público dijo que ya se hizo una presentación pública el siete de mayo en el Instituto Tecnológico de Monterrey, Campus Laguna y se ha expuesto en diversos foros, como el Movimiento Ciudadanos por el Agua, que preside Alberto Allegre y recientemente en Coparmex, a invitación del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada (CLIP)
“Hemos aclarado que las presas para el Aguanaval llevan el objetivo principal de salvaguardar las vidas humanas, las áreas productivas y las poblaciones que hay en las riberas del río, es decir, las presas son de control de avenidas”.
Aunado a lo anterior, dijo que las presas tienen un valor agregado, de consolidar alguna superficie de riego que ya existe, pero no significa que se van a abrir nuevas superficies y de ninguna manera se piensa en otro uso distinto. Con esto se descarta tajantemente la posibilidad de llevarse el agua a Saltillo, enfatizó.
Dijo desconocer el antiguo proyecto elaborado en Saltillo, durante la pasada administración estatal, denominado Fideagua, en el que se contemplaba llevar agua de otras partes, incluyendo La Laguna, hacia la capital del Estado y por fortuna, subrayó, el actual gobierno ha desmentido esa versión.
En los últimos cinco años, dijo, se han invertido más de 50 millones de pesos en trabajos de rectificación y encauzamiento, pero mientras no se le ponga una estructura de control en la parte alta del río, como la presa, jamás se le va a poder dar la certidumbre de la seguridad de la gente, “porque no estamos exentos de que se suelte una avenida de mayor magnitud y ocasione daños”.
Insistió que todavía están a nivel de proyecto y en la etapa de darlo a conocer, formar consensos y sobre todo hacerle saber a la gente que es un proyecto generoso, que sí afecta también algunos intereses, porque la presa permitiría reglamentar el uso del agua, asentar en un documento cómo y quién va a utilizarla, ya que actualmente se usa en forma discrecional.
Con la presa, reiteró, se regularán las avenidas, se almacenará el agua temporalmente y luego se va a soltar controlada, sin ocasionar daños, con un criterio de distribución bien definido para que esté vacía a la siguiente época de lluvias.
“Lamentablemente encontramos un ambiente de oposición sistemática, es algo para mí muy extraño el que la gente se opone a todo, sin escuchar, sin meditar, sin analizar... estamos en un escenario difícil porque la credibilidad y la confianza en las instituciones no está en su mejor momento, pero queremos hacer lo que esté a nuestro alcance para revertir un poquito esa credibilidad”.
El desacuerdo
La postura de la Confederación Nacional Campesina –CNC- es contraria a la construcción de las presas, porque hay la creencia que serán más los perjuicios que los beneficios, declaró León Rodríguez García, secretario general del Comité Municipal de esa organización.
La mejor recarga del acuífero, dijo, son las avenidas del río y la prueba está en que por la parte del río Nazas los pozos para extraer agua son cada vez más profundos, precisamente porque no hay recarga suficiente.
“Los ejidatarios del Cañón de Jimulco no están convencidos todavía y la CNC los apoya, pues si les retiene el agua ya no tendrán forma de producir y esto provocará otros problemas fuertes”, externó el dirigente campesino.