Como siempre lo han hecho, los industriales forestales coadyuvan en las acciones de prevención y combate a los incendios en las zonas de extracción del recurso boscoso, al ser los principales preocupados por el desarrollo sustentable del ecosistema en que se explota la materia prima silvícola.
De acuerdo con un estudio realizado por el gerente de la Asociación de Industriales Forestales de Durango, Gerardo Peyro Andrade, el número de predios forestales en Durango se divide de la siguiente manera, de acuerdo con la tenencia de la tierra: 662 particulares, 173 ejidales y 64 comunales. Mientras que en lo que se refiere a superficie boscosa, el 41 por ciento corresponde a comunidades, el 24 por ciento a privados y el 35% al régimen ejidal.
La superficie forestal del estado, calculada en 9 millones 128 mil 86 hectáreas, según inventario forestal del periódico de 1994 de la Semarnat, se divide en las siguientes especies: bosque 4 millones 989 mil 401 hectáreas; selvas, 495 mil 20 hectáreas; 2 millones 671 mil 571 hectáreas; áreas perturbadas 872 mil 94 hectáreas y de vegetación hidrófila y halófila hay 100 mil hectáreas.
Lo anterior es como referencia para la importancia que revista el prevenir y combatir los incendios forestales en la entidad, que en lo que va del año suman 30 que han afectado una superficie de mil 22 hectáreas, según información de la Comisión Nacional Forestal.
Los empresarios del ramo siempre han coadyuvado con recursos en las acciones preventivas y de combate a los incendios forestales, al estar conscientes de que la materia prima que utilizan no es renovable y es necesario protegerla para preservarla, de lo contrario tenderá a su desaparición.
Por ello lo mismo participan en actividades de difusión para orientar a las personas que acuden a las zonas forestales con la idea recreativa, y de esparcimiento, a que hagan un manejo adecuado del fuego en caso de que lo utilicen para elaborar alimentos o fogatas, y eviten su esparcimiento.
También participan en la planeación de las medidas preventivas, y en casos de combate a incendios con recursos que se necesiten para lograr sofocarlos y evitar que dañen a superficies que comprenden parte de los aprovechamientos autorizados.