Colección Úngaro para el 2004
El naranja, mezclado con rosa fucsia y verdes absenta, en minivestidos escotados y osadas aperturas asimétricas, dominaron la colección Ungaro para la Primavera-Verano de 2004, que será, además de suntuosa, decididamente sexy.
Como anunciaba la invitación al desfile, entre rosas, verdes y amarillos, las flores, y en particular las peonias, tuvieron su papel en esta colección estival.
Fueron sublimes, en efecto, aunque tardaron en llegar, para llevarse sobre todo en las grandes ocasiones, de noche de preferencia, bordadas a menudo, en ocasiones combinadas con dibujos psicodélicos también bordados.
Entre tanto, para la mañana, la tarde y el yate, -pues ni qué decir tiene, el pret-a-porter de Úngaro lleva con él el signo del lujo- reinarán los conjuntos monocolores, siempre en las gamas del rosa, el naranja y el verde musgo.
Los habrá drapeados, más o menos trenzados, con algunos retazos de tul, volátiles, como una bandera ondeando, aquí al andar, sujeta en lo alto de uno de los muslos, del brazo o la cadera.
Minivestidos, shorts, pantalones anchos y pitillo, blusas, túnicas, y trajes de baño serán de muselina, jersey, cachemire, seda, georgette, satén y hasta de un muy delicado algodón.
Cuando sean anchos, los pantalones serán principalmente blancos y se adornarán con varias líneas de plisados verticales hasta la altura de las rodillas.
Los pantalones Úngaro estrechos se cerrarán con pequeños botones joyas en los laterales y terminarán ocultando parcialmente el alto tacón, tras descansar en los tobillos con un efecto acordeón.
Algo que ama de manera particular el creador del desfile, Giambatista Valli, colaborador durante años de Úngaro, hasta que éste dejó en sus manos el pret-a-porter para dedicarse en exclusiva a la alta costura.
En cuanto a los shorts serán verdaderamente shorts, cortos, muy cortos, a veces difíciles de distinguir de los compactos biquinis y trajes de baño de punto de la firma.