Al celebrar un aniversario más, la Organización Mundial de la Salud ha evocado los muchos logros que ha alcanzado a través de más de 50 años. Éste es también un momento oportuno para analizar los actuales desafíos de salud y determinar la dirección y planes de la organización para el futuro, “inspirados por las grandes esperanzas de todos los pueblos del mundo de estar libres de enfermedades y de gozar una mejor salud, en un entorno de paz y seguridad”.
La estrategia de salud para todos determinó que el principal objetivo de la OMS era que “todos los ciudadanos del mundo puedan alcanzar un nivel de salud que les permita llevar una vida social y económicamente productiva”. La estrategia en ese momento fue realmente visionaria, muy discutida y sujeta a muchas interpretaciones, pero no hay duda que esta estrategia ha tenido un impacto considerable en todas las sociedades del mundo en pro de una mejor salud.
Gozar del más alto nivel de salud alcanzable es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano, sin distinción de raza, religión, creencia política o condición económica o social.
¿Qué rol desempeña entonces la salud oral en todo esto? La salud oral es parte integral de la salud general, y que, por lo tanto, debe ser un punto clave de la política de salud de la OMS. En el mundo hay mucho más gente que sufre de enfermedades orales que de cualquier otro tipo de dolencias y en muchos países del mundo las afecciones orales constituyen ahora un problema en constante aumento.
Lo que es bien evidente es que la “Salud para todos en el Siglo XXI” no será completa si no concentramos nuestros esfuerzos en la salud oral.