Una frase que todos quisiéramos oír:
¡Qué rico huele tu boca!
Sin embargo muchos tenemos el temor de no ser merecedores de ella, o lo que es peor, las personas a nuestro alrededor sufren nuestro mal aliento y no se atreven a decirlo. He aquí algunos tips para defendernos de la penosa condición llamada halitosis.
La halitosis o mal aliento es una condición frecuente que casi todos sufrimos en algún momento. No siempre es fácil saber por sí mismo si se tiene mal olor de boca y la forma más segura de averiguarlo es preguntando a una persona de confianza, que tenga buen olfato y que no tema que nos va a ofender si nos dice la verdad.
Causas de el mal aliento
El origen más común de el mal aliento es la placa dentobacteriana, unión de degradación de bacterias y alimentos, la cual no es eliminado totalmente con la higiene en casa, otros es el sarro depositado en los dientes y entre dientes y encía.
La enfermedad periodontal (también llamada gingivitis o antiguamente piorrea) que va debilitando la fijación entre los dientes y la encía, también favorece la presencia de halitosis. La enfermedad periodontal es silenciosa no la percibimos, por eso es muy recomendable asistir a revisiones con el dentista, algunos síntomas son enrojecimiento, sangrado, separación de sus dientes. Esta condición se puede tratar a tiempo, si se descuida es la mayor causa de pérdida de dientes entre los adultos, y eso es mucho peor que el mal aliento.
Enfermedades que causan halitosis
En un número pequeño de personas, el mal aliento puede ser causado por algunas enfermedades de otras partes del cuerpo, como el hígado, la insuficiencia renal (olor a orina), diabetes grave o incontrolada (olor a acetona) o absceso en un pulmón. Estas halitosis no se corrigen con la higiene de la boca y no desaparecerán hasta que no se haya tratado la enfermedad de origen. En muchos casos puede ser la primera señal que algo marcha mal con el cuerpo.
Ajos y cebollas
Otra causa temporal es la ingestión de alimentos que tiene aceites volátiles, como la cebolla y el ajo, cuyo olor puede perdurar o reaparecer en el aliento porque del intestino el olor pasa al flujo sanguíneo y de ahí a los pulmones para volver a aparecer en la respiración. Fumar y consumir alcohol también dan mal aliento.
Soluciones eficaces, y otras que no lo son tanto
Primero que nada es aceptar que no efectuamos una limpieza dental adecuada, es muy común que escuchemos la frase “pero si me cepillo los dientes” por supuesto que no les queremos decir desaseados pero el control de la placa dentobacteriana es minuciosa a simple vista no se ve, tenemos que dedicar un buen tiempo (minutos) para el aseo de nuestra boca.
Cepillo, pasta dental e hilo dental: son los elementos más importantes, utilizándolos varias veces al día, aunque se escuche muy exagerado cada vez que consumamos alimentos que contengan harinas y azúcares, especialmente antes de dormir y por la mañana. Al usar el hilo, podemos olerlo y darnos cuenta entre los dientes cómo se acumula la placa.
No olvidar la lengua, cuando se cepilla los dientes, no olvidar la lengua, lo más atrás posible, para retirar la placa acumulada. En algunos comercios ya se encuentran raspadores de lengua, fabricados en plástico, algunos desechables, o con su cepillo dental, se puede utilizar una gasa humedecida en agua o en un enjuague.
Enjuagues, los enjuagues son una mezcla de alcohol, sabores y agentes antibacterianos, hay muy buenos productos en el mercado pero de efecto temporal si no se ataca el problema de fondo.
Refrescantes, en gotas, spray o pastillas son relativamente poco efectivos para combatir la halitosis, en general contienen uno varios aceites esenciales (como canela, menta, clavo) en un medio adecuado pero su efecto es temporal, cuidado con utilizar pastillas refrescantes tipo caramelo con azúcar, el mal aliento lo quitan un ligero momento así como las molestias de irritación pero causan caries, sensibilidad que hemos observado son terribles.
Chicle, la goma de mascar funciona probablemente porque aumenta la circulación de saliva y hay un cierto efecto de limpieza por la masticación misma. En los momentos o situaciones en que no es posible recurrir al cepillo dental, un chicle puede ser de ayuda. Temporal sobre todo cuando nos encontramos en lugares imposibles de efectuar una limpieza correcta, pero recuerde que el chicle jamás ocupa el lugar del cepillo e hilo dental.
Su dentista puede ser su mejor guía para corregir cualquier problema de mal aliento. Recuerde que su salud en general es nuestra máxima prioridad.
Cuide sus dientes, esmérese en su higiene dental, no coma entre comidas, sáquele la vuelta a todo lo que contenga dulces y harinas entre comidas y si lo hace refuerce los cuidados.