Primera parte
Desde el comienzo de la civilización, la comida ha estado unida a la sexualidad, y a pesar de que muchos alimentos son considerados afrodisiacos, lo cierto es que la imaginación es el más efectivo de todos.
Si recordamos un poco ya hace algunos siglos que Eva convenció a Adán de que probara la manzana del árbol del conocimiento, por lo que perdimos las llaves del paraíso; a partir de entonces, si seguimos la misma lógica, al hombre se le conquista por el estómago.
Desde la antigüedad, la cocina ha sido acompañada por un elemento de seducción. Los ritos dedicados a “Dionisio”, el dos griego del vino, y a otras divinidades como “Afrodita” (de su nombre se deriva la palabra afrodisiacos), estaban caracterizados por los excesos en los que incurrían sus iniciados, tanto en la ingesta de vino, como en los manjares culinarios y el sexo.
En la actualidad, -el erotismo en la comida- ejemplificado por la llamada cena romántica, es parte del cortejo entre una pareja y, muchas veces, la antesala del acto del amor.
“La cocina es el único arte que satisface a los cinco sentidos”, así a la comida y al sexo los une un punto en común; lo sensual, tanto los alimentos, como la pasión amorosa han estado ligados entre sí, desde que el ser humano los hizo parte de su cultura. Ya Platón manifestaba en su libro “La cocina erótica”, la relación entre el consumo de ciertos alimentos y la libido; en el “banquete” el filósofo helénico narra el nacimiento del amor, concebido por Penia (diosa griega), después de la ceremonia celebrada por los dioses, para festejar el nacimiento de Afrodita.
Todas las grandes civilizaciones, desde la china hasta las mesoamericanas, han incluido dentro de sus mitos y leyendas a los alimentos y su poder casi mágico para estimular el deseo sexual. Tal es el caso por ejemplo, de la invención de que el pulque es afrodisiaco, según cuentan los historiadores, se debe al jarro de este líquido que recibió el rey de Tula, Tecpancaltzin, de manos de la bella Xóchitl, hija de Papatzin. En donde el amor surgió entre el gobernante y la hermosa mujer, quien dio a luz un niño al que pusieron por nombre Meconetzin que significa “Niño del maguey”.
Mucho se ha discutido sobre el poder de los afrodisiacos y científicamente se ha comprobado, que algunos de ellos son un mito, como el triste caso del cuerno del rinoceronte, o de los testículos del tigre, o los del gorila, cuya explotación, los ha llevado al borde de la extinción desgraciadamente. Sin embargo algunos alimentos, particularmente ciertos tipos de plantas, como la “Damiana” ayudan a estimular el deseo sexual, sin que esto signifique que se trate de pócimas mágicas.
Aunque en realidad no se ha comprobado la efectividad de ciertas sustancias, el alcohol y algunas drogas exacerban temporalmente el deseo sexual, al disminuir las inhibiciones, pero a la larga resultan contraproducentes, llegando a causar incluso la impotencia, y una disminución importante en la libido. Los afrodisiacos generalmente funcionan por sugestión; sin embargo, para aquéllos preocupados por su bajo deseo sexual, en lo personal pienso que lo mejor es: “Reducir el estrés, hacer ejercicio y asegurarse de llevar una dieta balanceada, disminuyendo el consumo exagerado de grasa, harinas y azúcares refinadas y bebidas alcohólicas principalmente y beber mucha agua para mantener desintoxicado al organismo”, y le aseguro que todo le funcionará mucho mejor.
No obstante sí existen alimentos que contribuyen a la producción de espermatozoides, y al desarrollo y mejor funcionamiento de los órganos reproductores. “La falta de zinc por ejemplo, puede causar infertilidad e impotencia”. En este caso los ostiones contienen mayor cantidad de este elemento que cualquier otro alimento, por lo que se le atribuyen poderes afrodisiacos. Por tal motivo muchos alimentos, como las almejas, las ostras, los espárragos, el aguacate, el ajo, etc. son muy utilizados en la cocina, por su alto valor energético, que repercute de manera benéfica en distintas partes del organismo, entre ellas, el rendimiento adecuado de la sexualidad.
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Con sentido
La forma de ciertos alimentos como la papaya o la salchicha, su temperatura, olor, color y sabor, excitan a los sentidos y pudieran despertar en nosotros el instinto sensual.
Características sensuales de los alimentos
Sentido Característica que califica Alimento
Vista Color, aspecto, tamaño y forma Mariscos, frutas y verduras
Oído Sonido, crujido Carnes, frutas, verduras
Olfato Olor, sabor Quesos, frutas
Gusto Sabor Quesos, pastas, mole
Tacto Textura, temperatura Bebidas, frutas, verduras
FUENTE: Colegio Mexicano de Bariatría