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Colma de ira la pantalla grande

Agencias

México, DF.- El científico Bruce Banner queda expuesto a una explosión nuclear que le convierte, en situaciones de estrés, en el increíble Hulk. Un ser monstruoso en la tradición de Jeckyll y Hide que revela la doble naturaleza del ser humano. La ira y la razón se dan la mano a través de uno de los personajes más temidos y enternecedores de la factoría de comics Marvel, que llega a las pantallas cinematográficas.

Robert Bruce Banner nació en Dayton, Ohio (USA) en el seno de un matrimonio roto. Envidiado por el afecto que su madre, Rebecca, le profesaba, su padre Brian -aquejado de un problema de alcoholismo- maltrataba al joven Bruce. Sin embargo, el legado del padre no sólo sería dramático. La inteligencia superior del chico, que se convertiría en uno de los más afamados científicos, procedía de una mutación derivada de los experimentos y exposiciones radioactivas en los que Brian trabajaba.

Brian asesinó a su mujer por lo que Bruce acabaría creciendo en el hogar de su tía mientras asistía a las clases de Ciencia en el instituto. Así, todas sus frustraciones se centrarían en el estudio científico. Con compañeros como Walter Langkowski (más tarde conocido como el superhéroe Sasquatch), Bruce fue forjando su personalidad: intelectualmente precoz y emocionalmente incapaz. Así obtuvo el doctorado de Física Nuclear en el Instituto Tecnológico de California. Con lo que consiguió un trabajo en Nuevo México.

La pesadilla comenzaría en el momento en el que acogió al estudiante Rick Jones en los ensayos de la bomba de rayos Gamma. Banner intentó salvar al adolescente de una explosión nuclear a la que quedó el científico, finalmente, expuesto. En ese preciso instante el doctor observaría los cambios producidos en su cuerpo y mente. El monstruo más fuerte de la tierra: Hulk.

Personalidades

subconscientes

La primera transformación de Bruce Banner en el Increíble Hulk aumentó su estatura y fuerza además de cubrir su cuerpo de un tono grisáceo. La versión verde del gigante sería aún más irracional y salvaje que la de sus primeros tiempos. Se cree que cada color en las diferentes transformaciones obedece a una personalidad subconsciente. Del mismo modo que, los primeros cambios se daban bajo la presión del estrés y en los ocasos. Las mutaciones experimentadas alternarían el control y descontrol de la parte racional y la inhumana de una manera nada aleatoria. En algunos casos el mundo aceptaría al gigante esmeralda para, más tarde, volver a rechazarle.

Esta lucha interior sería la gran baza de la factoría de cómics Marvel para atrapar a los lectores. La pérdida de humanidad hace de Hulk un ser irracional e inocente aunque en diversos períodos de su vida ataca a todos y a todo con un sentimiento de rabia desbocado. Por lo que el código de censura para los cómics (Comics Code Authority) prefirió, en un principio, desfogar al gigante en las luchas contra robots, edificios o monstruos de apariencia humana.

El gran amor de Bruce Banner, Betty, se consolidó con una boda. Sin embargo, nunca Stan Lee desarrolló a través de los guiones la personalidad del científico como lo haría con respecto de Hulk.

De ánimo apasionado

Uno de los dibujantes más dinámicos de la primera era de Marvel fue Jack Kirby. Del mismo modo que Steve Ditko dio forma al personaje de Spiderman, Jacob Kurtzberg hizo lo propio con Hulk. Sus exageradas e intensas escenas de acción comenzaron en 1938.

Sin embargo, sería algo más tarde cuando se dedicara al gigante verde. Junto con su compañero Joe Simon crearía el estudio y el dueto de artistas más conocidos de la época. Jack murió en 1994.

Una vez prestada la imagen de Kirby – autor de la mayor parte de los cómics Marvel (4 Fantásticos, Los Vengadores, y un largo etcétera), el resto de los dibujantes se encargaría de apuntalar al personaje con detalles. De este modo, Herb Trimpe le añadiría un toque apasionado y formaría parte del “salón de la fama” de los autores americanos.

El estilo de Trimpe es hasta cierto punto grotesco y naif, con extrañas ideas anatómicas pero con una gran fuerza en las onomatopeyas que acompañaban y administraban el orden de las viñetas.

Trimpe, lejos de ser un buen dibujante, era tan correcto que dependía del entintador para que sus trabajos tuvieran una mayor o menor aceptación. Sus bocetos han aguantado bien las tintas de John Severin, Frank Giacoia o Sal Buscema. A algunos les gustaba por ese “tufillo” de década de los 50 que siempre le ha acompañado y le ha emparentado con otros grandes de la historieta como Jim Steranko o Barry Windsor Smith.

Pero el que más énfasis puso en el personaje fue, sin duda, Sal Buscema. El hermano de “Big John” (John Buscema) entregó numerosos ejemplares de la serie. Nacido el 26 de enero de 1936 en Nueva York, comenzó su carrera en Marvel a la edad de 33 años. Si bien empezó entintando los trabajos de otros, acabó realizando con velocidad inusitada sus cómics. La representación de Hulk más válida para cualquier adaptación parte de su idea y la película que en breve se va a estrenar lo tiene en cuenta.

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