Deportes Liga MX Apertura 2025 NFL Lucha libre boxeo

Columna de Arturo Brizio Carter

LACAYOS

Oaxtepec, hermoso rincón del estado de Morelos, sirvió de marco para la celebración de la Convención anual de los árbitros profesionales de México, la cual fue todo un éxito, habida cuenta de que se obtuvieron los logros para los que se planeó.

Este evento nació allá por 1976 como respuesta a la necesidad de juntar, por lo menos una vez al año, a los jueces del país para convivir, actualizarse y tratar de ponerse al día en cuestión reglamentaria; sin embargo, el tiempo desgastó los fundamentos y ahora, como la cena del capitán en los cruceros de lujo, se ha convertido en la fiesta personal del presidente de la Comisión de Árbitros.

Si hablo del éxito de esta edición me refiero exclusivamente a que las metas del mandamás de los silbantes hace mucho dejaron de ser las mismas que las de sus dirigidos y me voy a explicar:

La Convención se realiza en Morelos porque en este Estado de la República piensa vivir y trabajar el doctor Edgardo Codesal; se invita al C. Gobernador a la inauguración para los mismos efectos aunque al final envió un representante; preside la reunión Alberto de la Torre para intentar demostrarle que sí hay trabajo, aunque muchos de los 600 árbitros presentes sean "profesionales" sólo de membrete y reciban un par de designaciones en todo el año y se lucra con la ilusión de jóvenes silbantes que vienen desde apartados rincones con la esperanza de ser tomados en cuenta.

El papel triste corre a cargo de los miembros que integran la H. Comisión de Árbitros; este cuerpo colegiado que debería decidir, analizar, deliberar todo lo concerniente a la buena marcha del arbitraje mexicano se ha convertido en una difusa mancha de seres apocados, sin opinión ni voluntad, que por unos pesos, el salario del miedo, dicen a todo que sí a su presidente.

La mejor muestra está en el otorgamiento del premio al mejor árbitro de los Torneos Apertura y Clausura; en este último, sin discusión, Marco Antonio Rodríguez se hizo acreedor al "silbato de oro", pero en el campeonato antepasado Armando Archundia, quien lo "ganó", ni siquiera estuvo presente en las finales, pues cuando se enfrentaron Toluca vs Morelia fueron Brizio y Ramos Rizo los silbantes designados.

Entonces, ¿fue tan buena la campaña de Archundia como para no estar en los partidos decisivos? La verdad es que se juega con la desmemoria colectiva, se contradice la propia Comisión y se perpetra una venganza personal de Codesal sobre Felipe Ramos Rizo.

El jerarca arbitral da y quita. Da partidos, designaciones, viajes y el dinero que ello significa; Quita reconocimientos, valor y dignidad.

Pobres lacayos que tienen que besar el suelo que pisa su jefe. Dinero sangrado el que cobran por ello.

Por otro lado, los menos culpables de toda esta problemática son precisamente los propios árbitros, pues la mayoría de ellos esperan con algarabía esta fecha para la reunión nacional. Para ellos, estar con sus ídolos arbitrales, tomarse la foto, recibir sus uniformes y regresar a su tierra platicando la experiencia resulta sensacional.

Asistieron como ponentes el Dr. Alarcón, de Paraguay, miembro de la Comisión de Árbitros de CONMEBOL y el afamado juez mundialista Alberto Tejada, con quien compartí los torneos de USA 94 y Francia 98.

Pregunta: ¿Si la Federación y los patrocinadores pagan el evento, por qué se les cobra $1,000.00 a cada árbitro?.

Pregunta 2: ¿Dónde va a parar ese dinero?.

Leer más de Deportes

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Deportes

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 37940

elsiglo.mx