E S P E J I S M O
Las grandes compañías multinacionales, las empresas exitosas a nivel mundial, los inversionistas audaces y en general las personas que obtienen triunfos suelen hacer un balance entre lo planeado y lo conseguido, pérdidas y ganancias, metas intermedia y lejanas y sobre todo, repaso concienzudo para repetir aciertos y corregir errores.
El deporte no es ni debe ser la excepción aunque en ocasiones los muchos intereses que están en juego en la alta competencia obliguen a aceptar un resultado, el triunfo, no como logro ni premisa, simplemente como un todo. Recordemos que allá por la década de los 60’s un famoso coach de americano, Vince Lombardi, acuñó su famosa frase: "Ganar no es lo más importante. Es lo único".
Hablando de futbol soccer, la profesionalización del deporte ha traído consigo que el resultado esté por encima de cualquier concepto filosófico; el juego limpio sólo existe en la imaginación de los jerarcas de la FIFA pues vemos encuentros donde se cometen faltas en cantidades industriales contando con la belicosidad de los contendientes y la pasividad de los árbitros.
El respeto al público parece también una idea adecuada; si el espectador paga un boleto o enciende el televisor pues allá él. El equipo en cuestión planteará el partido de acuerdo a su conveniencia, lo que vislumbra que la táctica propenderá a obtener el ansiado punto y si el aficionado se divierte o no, es un asunto que importa poco.
La revisión de las formas o del buen hacer tampoco parece revestir demasiada importancia; desde que la selección de Italia y los clubes de ese país impusieron la moda de jugar horrible pero avanzar en los torneos e incluso, conseguir campeonatos, la fiebre se contagió. Afortunadamente hay excepciones pero en general el fin sigue justificando los medios.
El tema tiene aplicación actual con la Selección Nacional pues parece que la presión que ejerce el público y la prensa están haciendo que a La Volpe se le olviden los fundamentos de su idea futbolística y se le haga bolas el barniz.
México le ganó a Brasil en el inicio de la Copa Oro por la mínima diferencia, y por ello consigue tres puntos que le dejan vislumbrar un buen panorama en el evento y soltar un poco de presión luego de la pésima actuación ante El Salvador.
Sin embargo, creo que el resultado no debe encandilar a los verdes y se está obligado a sacar conclusiones.
En mi opinión, se jugó mal y gracias a Osvaldo Sánchez y a la proverbial displicencia de los brasileños no se fabricó un marcador de escándalo; se carece de imaginación y variantes cayendo el gol en la única oportunidad real del conjunto azteca; Brasil presentó un equipo con individualidades pero flojo en su accionar y salvo pinceladas de gran calidad de Kaká o a la cascarita pinturera de Robinho y Diego, el resto es un equipo divertido y cachondo pero chato.
En fin, ojalá no se echen las campanas al vuelo y se trabaje en corregir lo que no se hizo mal. Sólo así avanzaremos.
En otro orden de ideas, tuve la oportunidad de charlar con "Vasco" Aguirre el pasado domingo y la verdad, ¡qué sabroso es platicar con Javier! .
Fuera de pose, natural y directo, abordó el tema de su permanencia en el futbol español, la cual achacó a la suerte y el no poderse llevar a jugadores mexicanos a la península Ibérica pues están, dijo, sobrevaluados.
Lo segundo es una gran verdad pero la suerte a la que dice deberle sus logros no acompaña a los tontos. Aguirre es un tipo trabajador, decidido y ha conseguido cosas importantes en su poco tiempo como técnico. Le deseamos lo mejor, y ojo, la pretemporada del Osasuna será en México.