TRES REGALOS
La final del campeonato mexicano en su partido de ida arrojó a un Monarcas herido y a un Rayados a quienes les faltó saña para dejarse ir con todo y rematar a un rival que pareció por momentos inerme y liquidado.
Morelia jugó el peor partido de todo el torneo y justo lo vino a hacer en este importante cotejo, jugadores fundamentales como Saavedra, Palacios, Morales y Navia simplemente no aparecieron, convirtiéndose en uno más de los miles de espectadores que colmaron el Tecnológico esperando la victoria de su equipo.
La historia se empezó a escribir muy temprano cuando en un error garrafal Ruiz dejó la pelota quietecita en el área chica para que Walter Ervitti fusilara a Muñoz en lo que fue el primer regalo de la noche y con ello, le rompió el esquema a Romano, pues fue como salir del vestidor perdiendo 1-0.
El juego se tornó cerrado con mucha marca en medio campo y roces constantes, incluso Morelia pudo marcar por medio de Reinaldo Navia.
El descanso significó un respiro para los visitantes quienes buscaron replantear el encuentro pero vino el segundo obsequio cuando el cuadro bajo purépecha dejó sin marca al "Guille" Franco, quien remató a placer ganándole el testarazo a su tocayo Darío.
Vino el tercer regalo y al más puro estilo de los "Dandy’s", como si se tratara de una serenata, no fueron el cielo, la luna y el mar, sino Felipe Ramos Rizo quien juzgó equivocadamente un mano a mano de Luis Pérez con Darío Franco cobrando el penal que daba una ventaja para Rayados que parecía definitiva.
El mundo se le venía encima a los michoacanos pero la falta de certeza y ambición de los dirigidos por Daniel Passarella, permitió que, en la agonía del partido una genialidad del "Bofo" Bautista le diera vida a Monarcas y renaciera la esperanza para el juego de vuelta.
Morelia vive, porque no creo que pueda jugar peor de como lo hizo en la Sultana del Norte y deberá hacer valer el talento de sus hombres y el peso específico de sus estrellas.
Monterrey atacó fundamentalmente por el lado derecho donde el "Cabrito" Arellano se dio vuelo desbordando, lástima que el servicio no sea su fuerte, y así se perdieron importantes oportunidades. Si se para así el equipo en el "Morelos", Monarcas va a sufrir.
Otro toque de atención para Romano debe ser el hecho de que esta Liguilla ha desnudado las carencias de su líder defensivo Darío Franco; extraordinario jugador con gran personalidad y carácter, parece que el Padre Tiempo le pasa la factura y se le han venido encima los calendarios. Cualquier jugador medianamente talentoso pero rápido lo pone en aprietos.
La ventaja de Monterrey es importante pero no definitiva. El sábado tendremos campeón.