De acuerdo a las teorías liberales del comercio internacional que obviamente tienen evidencia empírica, un país tiene ventaja comparativa respecto del resto de los países en la producción de un bien en la medida que utiliza intensivamente en sus procesos su factor más abundante, lo cual se va a traducir en precios relativos más bajos respecto del mundo.
Así mismo, un teorema que nace a partir de esas teorías es el de la igualación de los precios de los factores de la producción, el cual dice que en la medida que disminuyen los precios de los factores ( salarios, intereses, impuestos, precios y tarifas públicas, etcétera) de la misma manera se igualan ( bajan) los precios de las mercancías, de las cuales dichos países tendrán ventajas competitivas.
Se está hablando aquí entonces de la competitividad, la cual se da cuando vendes algo a precio bajo con alta calidad, y que debe de basarse en el concepto de la productividad que a ultranza es simplemente producir más con menos. En el caso de México, se afirma que se ha venido perdiendo competitividad, y ello ha sido una de las razones fundamentales por las cuales el tipo de cambio o más bien el peso se ha venido depreciando respecto del dólar. La competitividad es un tema que cada vez tiene más importancia como destino de la inversión internacional.
Si bien es cierto, en la medida que Estados Unidos va creciendo se ha observado que México no ha ido sincronizado a ese crecimiento, seguramente por dos razones: Una que en las áreas o sectores donde la economía de Estados Unidos se ha fortalecido, tradicionalmente México no ha tenido negocio en dichos sectores de bienes y servicios, por lo que básicamente el esperado crecimiento de las manufacturas americanas es lo que supuestamente estamos esperando para que el sector exportador se fortalezca; por otro lado, otra razón es el inminente proceso de sustitución de exportaciones mexicanas a Estados Unidos por exportaciones de otros países como China a ese país.
Todo esto simplemente, sea una razón u otra se empieza a sentir preocupante pues no es más que un reflejo de pérdida de competitividad. En particular considero e insisto que es una de las razones más importantes por las cuales se ha depreciado el peso últimamente. Otra razón de dicha debilidad cambiaria ha sido la diferencia de intereses de los bonos del tesoro de Estados Unidos que han subido, y la de los Cetes en nuestro país que han bajado, haciendo o contribuyendo a parar más el flujo de inversión hacia nuestro país, destacando más bien una sobredemanda de dólares caracterizada por salida de capitales.
Volviendo al tema de la competitividad, si analizamos bien lo que se busca con las multicitadas reformas estructurales que están en proceso de aprobación en el Congreso, aparte de otras cosas para el bien del país, es precisamente mejorar la productividad y competitividad del país.
Es decir, como comento líneas arriba la competitividad se da sustancialmente por una mejor productividad, la cual entre otras cosas significa a través de dichas reformas menores costos de transporte para las empresas, al haber un óptimo sistema carretero, de puertos y aeropuertos; significa leyes que se respeten, que se apliquen correctamente y que no cambien ?a la mitad del camino?; significa regímenes de impuestos no complicados y con claridad que aparte de estimular la inversión, si llegan a bajar las tasas que graban al consumo y al ingreso implicaría mayor recaudación y ahorros importantes para las empresas traduciéndose en precios más competitivos; significa simplificación en trámites burocráticos; significa flexibilidad laboral para adaptarse a las necesidades de las empresas acorde principalmente a como lo exige el medio internacional; y por último y algo muy importante las reformas estructurales ligadas al concepto de la productividad y por lo tanto a la competitividad significa también un sistema de seguridad social y un sistema educativo que aporte o produzca la fuerza laboral calificada que requieren las empresas a desarrollarse.
En fin, competitividad implica desarrollo y crecimiento, y la estamos perdiendo, por lo que se tiene que hacer algo rápido, preciso y contundente para que las reformas ?empantanadas? salgan abante. ?Apúrenle? entonces señores congresistas.
Hasta la próxima.
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