Personas del Centro de Integración Laboral exhiben sus trabajos en la plaza principal
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- En la plaza principal Toño ofrecía sus trapeadores; Elizabeth mostró sus habilidades en corte y confección y Luis Alejandro exhibía en venta sus vasos y tarjetas navideñas. Son discapacitados pero su problema no les impide trabajar para ayudar a sus familias y a su Centro de Integración Laboral, para el cual, ayer recababan recursos.
Antes de las 11:00 horas, el grupo de jóvenes con capacidades diferentes invadió parte de este paseo público y comenzó a instalar todo tipo de objetos y alimentos que ellos elaboran, en contundente demostración de lucha por sobrevivir y destacar.
La psicóloga del CIL, María Elena Valdés Díaz informó que el fin de esta actividad es demostrar a la comunidad lo que pueden hacer estas personas a pesar de sus problemas físicos y dar a conocer la existencia del centro al cual puede acudir la gente con capacidades distintas para recibir capacitación en áreas como carpintería, cocina, elaboración de dulces, serigrafía, manualidades y otras labores.
?Ella se llama Elizabeth y es de Bermejillo, tiene una discapacidad auditiva, es sorda?, pero sorprendió a todos cuando se sentó frente a la máquina de coser y empezó a bordar acabados que cualquier mujer envidiaría, recientemente entró al centro y busca más calidad en sus diseños?, comentó orgullosa la psicóloga.
Luis Alejandro García, de 14 años, vive en la colonia Castellanos y tiene varios años en el Centro, donde aprendió a trabajar la serigrafía, padece de discapacidad intelectual, pero eso no fue impedimento para que ayer se sumara a la acción de venta y colecta, exhibiendo la mercancía que elabora dentro del grupo.
Tarjetas y vasos marcadas con serigrafía que colocó sobre cuatro mesas ofrecidas por conocida marca refresquera y cuyos precios fueron muy accesibles, pues el fin es muy distinto al lucro.
Toño, víctima del desempleo
Sus carencias
La psicóloga del Centro de Integración Laboral, María Elena Valdés Díaz destacó entre las principales necesidades de este lugar, la falta de herramientas en el taller de carpintería, así como nuevas máquinas para coser, pues las que se tienen ya no sirven.
?Necesitamos dinero o alguien que nos ayude a mejorar los equipos para brindar el apoyo que requiere la gente con capacidad diferente??, expresó.
Los discapacitados y su mercancía permanecieron en la plaza principal de las once a las 18:00 horas.
Juan Antonio Romo tiene discapacidad motora, se traslada en silla de ruedas y es un caso aparte, pues ya estuvo incluido en el sector productivo al trabajar un año para una conocida marca de fritangas, donde por ese lapso de tiempo laboró de maquilador, primero embolsando dulces y después cacahuate, explica.
Sin embargo, el pasado mes de agosto su jefe inmediato le comunicó que la empresa tenía necesidad de ajustar al personal y él era uno de los que tenían que salir.
Toño, como lo conocen en el grupo, tiene 21 años y vive en la colonia Chapala. Ahora elabora trapeadores y repara aparatos domésticos, pero no deja de luchar.