AP/EFE
LONDRES, INGLATERRA.- Gravemente debilitado tras 44 días de ayuno, el mago estadounidense David Blaine salió llorando la noche del sábado de la caja de plástico transparente que fue su hogar y lo convirtió en una gran atracción turística.
"Los querré siempre a todos", dijo el ilusionista a los más de diez mil espectadores que se encontraron en las inmediaciones del Puente de la Torre de Londres, después de que una grúa lo dejó a la orilla del río Támesis y una vez que la báscula certificó que perdió más de 20 kilos durante mes y medio.
El mago, que sólo bebía agua desde que se encerró el cinco de septiembre, fue colocado en una camilla y llevado en ambulancia a un hospital privado, donde le serán realizadas una serie de pruebas para determinar si el ayuno autoimpuesto le causó daños a su salud.
"Sé lo fuertes que somos los seres humanos y, lo que es más importante, sé apreciar las cosas sencillas de la vida, como la sonrisa de un extraño, el Sol o el atardecer", expresó el ilusionista en unas breves declaraciones dichas a los medios de comunicación.
"He aprendido más en esta caja de lo que lo he hecho en muchos años", aseguró.
Al inicio, los habitantes de Londres se burlaban del neoyorquino, le arrojaban huevos o lo iluminaban con linternas. Un hombre fue detenido por arrojar globos llenos de pintura a la caja de metacrilato, que mide dos metros de alto por dos de ancho y uno de fondo, y otro fue multado por tratar de contaminar el agua.
Durante su estancia en una caja sobre el Támesis, Blaine fue protegido por Scotland Yard, después de que algunos espectadores aprovecharon para lanzarle barras fluorescentes, plátanos, frutas o papas.
Pero en las últimas semanas grandes multitudes acudieron al río para desear suerte al mago, que se volvía cada vez más flaco, pelo largo y despeinado.
Según la emisora SKY TV, 250 mil espectadores visitaron el lugar desde que comenzó la prueba.
Su estado de salud fue vigilado por los médicos gracias a un tubo que, además, le permitió hacer sus necesidades. Otro tubo le permitió beber agua.
La pensaba
La hazaña de David Blaine no será registrada en el Libro Guinness de los records, que se opone a gestas relacionadas con el ayuno y que, además, sostiene que otras personas han permanecido encerradas en reductos más pequeños durante más tiempo.
-Antes de salir, se dio a conocer que el mago sentía "palpitaciones" en el corazón, su visión era borrosa y comenzaba a experimentar los efectos del ayuno. Un experto en nutrición alertó que Blaine podría morir de repente si vuelve a comer con normalidad, un proceso que deberá retomar de forma paulatina.
-Amante de la publicidad, antes, Blaine sobrevivió 61 horas dentro de un bloque de hielo de seis toneladas, siete días en un ataúd o siete dentro de un tanque de agua.
-El ilusionista también había mostrado signos de delirio, soñando gusanos en su estómago y describiendo sensaciones de claustrofobia donde las paredes de la caja "se sienten como si me estuvieran aplastando el cráneo".
-La zona vigilada por abajo de Blaine parecía más un santuario, cubierto de banderolas y "ofrendas" de flores, así como ositos de peluche. Además, el mago se convirtió en un símbolo enigmático para las clases a las que les gusta estar al tanto de chismes en Gran Bretaña.
-Para algunos, Blaine representa la hegemonía estadounidense viajando por todo el mundo, mientras que un columnista lo vio como un símbolo de las celebridades flotando por arriba de las masas pero sufriendo su propio aislamiento.
FUENTE: Agencias
Se manifiesta colega en desacuerdo
No todos están a gusto con los actos de Blaine. Alfonso Ríos, un reconocido ilusionista español residente en Londres dijo que conoce a Blaine y que lo suyo "no es magia. Lo único que busca es provocar y que hablen de él".
"Blaine pensaba escapar de una caja lanzada al fondo del río, como hiciera el legendario Harry Houdini, en siete minutos. Pero con eso sólo hablarían de él durante un día, y con esto hablarán durante 44", anotó Ríos. Lo que sí es cierto es que a este hombre, alquimia de mago, escapista y deportista extremo, le gusta desafiar las leyes de la existencia.
Un día decide encerrarse durante 61 horas en un bloque de hielo de seis toneladas a la vista de todos en Times Square, en la Gran Manzana, uno de los lugares más transitados del mundo y otro día no se sabe lo que pueda pasar.