23 octubre 2003
CANBERRA, (Reuters) - Interrumpido por gritos dentro y fuera del parlamento de Australia, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, defendió el jueves la invasión a Iraq, durante una visita de agradecimiento a Australia por su apoyo a la guerra contra el terrorismo.
Bush, al concluir una gira por seis países de la región Asia-Pacífico centrada en la seguridad y el comercio, dijo que Estados Unidos y Australia, aliados en las dos guerras mundiales y en la de Vietnam, tenían una "responsabilidad especial en el Pacífico" para ayudar a mantener la paz.
"En la guerra contra el terrorismo, una vez más, estamos uno al lado del otro", dijo Bush, al recordar los atentados de hace un año con bombas en un club nocturno de Bali, Indonesia, que mataron a 202 personas, incluidos 88 australianos.
Afirmó en una sesión especial del parlamento en Canberra que la guerra en Irak era justificada, pero advirtió que, "pese a las decisivas victorias pasadas, todavía tenemos días decisivos por delante".
"Estados Unidos, Australia y otros países actuaron en Iraq para remover un peligro grave, en vez de esperar que la tragedia llegue", dijo Bush. "¿Quién podría pensar que el mundo estaría mejor con Saddam Hussein todavía en el poder?", cuestionó.
El presidente estadounidense hizo una breve visita a Australia para agradecer al primer ministro conservador John Howard, a quien denominó "un hombre de acero", por enviar tropas a Irak y Afganistán, a pesar de las protestas públicas.
Su visita de 20 horas a Australia obligó a desplegar una masiva operación de seguridad en la habitualmente tranquila capital, con aviones de guerra sobrevolando permanentemente hasta que Bush partió de Canberra el jueves por la noche.
Las autoridades tomaron la medida sin precedentes de impedir el jueves el acceso del público al parlamento, donde Bush expresó su agradecimiento al papel de Australia en la seguridad, que ha provocado recelos entre sus vecinos asiáticos.
La seguridad en la región Asia-Pacífico dependerá siempre de la voluntad de las naciones para asumir responsabilidad por su vecindario, como está haciendo Australia", dijo Bush al parlamento. Australia ha enviado recientemente una fuerza de paz a las Islas Salomón para restablecer la ley y el orden.
Pero su definición de Australia como un "sheriff" regional y su firme defensa de la guerra en Iraq enfurecieron a políticos del izquierdista Partido Verde, quienes interrumpieron dos veces el discurso de Bush.
"No somos un sheriff", gritó el líder del Partido Verde, Bob Brown, quien ignoró una orden de abandonar la sala.
Las interrupciones no parecieron afectar a Bush, quien realizó su primer viaje a Australia. El anterior presidente que llegó a Australia, Bill Clinton en 1996, fue interrumpido también por gritos de Brown. "Amo la libertad de expresión", afirmó Bush para ganarse el aplauso de la sala.
Pero tras el discurso del presidente estadounidense, el parlamento decidió suspender a Brown y a su colega verde Kerry Nettle por 24 horas, lo que les impedirá asistir a la sesión del viernes en la que hablará el presidente chino Hu Jintao, quien realizará una visita de estado de tres días.
El hijo de 18 años de Mamdouh Habib, uno de los dos australianos presos en una prisión militar estadounidense en Cuba desde hace dos años sin enfrentar cargos formales, fue echado de la sala después de gritar "Bush, ¿Qué es de mi papá?" Howard planteó a Bush el caso de Habib y su compañero australiano de detención David Hicks y recibió la garantía de que están siendo tratados apropiadamente.
"YANKEE, GO HOME"
Cinco manifestantes fueron arrestados en choques con la policía en las afueras del parlamento, donde unas 2.000 personas corearon consignas antiestadounidenses y levantaron banderas con la inscripción "Yankee Go Home" (Yanqui, vete a tu casa).
"Fue en genera una protesta con muy buen comportamiento y pocos roces", dijo el portavoz de la policía federal australiana, Sandy Logan.
Antes de partir de Australia rumbo a Hawai, Bush visitó el principal monumento australiano a los héroes de guerra, donde dejó una corona de flores en memoria del sargento de las fuerzas de élite Andrew Russell, quien murió en Afganistán cuando su vehículo de patrulla chocó con una mina terrestre.