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Condenan a muerte a terrorista de Bali

Un tribunal indonesio condenó a muerte al militante musulmán Imam Samudra, por su papel de autor intelectual de los atentados en el centro turístico de Bali, en la segunda pena capital dictada en relación con esos ataques.

10 septiembre 2003

Yakarta, (EFE).- Un tribunal de Denpasar, la capital de Bali, condenó hoy a muerte al indonesio Imam Samudra, el "cerebro" de los atentados del pasado octubre en la turística isla, que causaron 202 muertos y 350 heridos.

Samudra, un experto informático de 33 años también conocido como Abdul Aziz, fue el "responsable intelectual" de los ataques, dado que "trabajó entre bastidores como coordinador y tuvo un papel dominante en la explosión de las bombas", indicó el tribunal.

Por ello, "sentenciamos a muerte al acusado", dijo el presidente del panel de jueces, el magistrado I Wayan Sugawa.

Al oír el dictámen, Samudra, que durante las cuatro horas en las que se repasó la sentencia permaneció aparentemente tranquilo, respondió con el grito de "Alá es grande". Después, fue sacado de la sala por la Policía mientras profería gritos contra los jueces y el público: "¡iros al infierno, infieles!", vociferó.

A la última sesión del juicio contra Samudra asistieron familiares de algunas de las víctimas, que aplaudieron el veredicto, así como el embajador británico en Indonesia, Richard Grozney.

Aunque el acusado había agradecido a la Fiscalía que solicitara para él la pena de muerte porque, según dijo, ello le permitiría "llegar más cerca de Dios", sus abogados aseguraron hoy que tienen intención de apelar la sentencia, algo que según la legislación indonesia deben hacer en un plazo de siete días.

La de Samudra es la segunda condena a muerte en los juicios que se celebran en Denpasar contra cerca de una treintena de inculpados en el sangriento atentado de octubre.

El pasado 7 de agosto, el mismo tribunal condenó a la pena capital a Ali Amrozy, un mecánico de 40 años que adquirió los explosivos y el vehículo utilizados en la operación terrorista y los introdujo en Bali.

Aunque, al igual que Samudra, Amrozy mostró su deseo de morir para convertirse en un mártir, su equipo defensor también apeló la sentencia, por lo que su eventual ejecución podría retrasarse meses o incluso años.

Imam Samudra fue arrestado el pasado noviembre en Java Occidental, cuando estaba a punto de embarcar para huir a la vecina isla de Sumatra. Poco después de su detención admitió que él había planeado los atentados, reclutado a sus cómplices y seleccionado dos locales nocturnos de Bali como objetivo terrorista.

Sin embargo, posteriormente se desdijo y aseguró que él no estuvo directamente implicado, aunque mostró su satisfacción por la muerte de turistas occidentales al tiempo que expresó remordimientos por los indonesios que habían fallecido. Entre las víctimas mortales de aquellos ataques había ciudadanos de 21 países, aunque la mayoría, 88, eran de nacionalidad australiana.

El proceso contra Samudra, que comenzó a principios de junio, estuvo caracterizado por las constantes acusaciones del procesado contra Occidente y, sobre todo, contra Estados Unidos y Australia, países a los que tachó de "arrogantes" y amenazó con nuevos atentados. Además, dijo que la matanza de Bali está justificada en el Corán, ya que se realizó en represalia por las muertes de musulmanes inocentes a manos de Washington y sus aliados, afirmó.

Las autoridades indonesias atribuyeron el atentado a la organización Jemaah Islamiya (JI), considerada el brazo de Al Qaeda en la región, y aunque Samudra ha negado pertenecer a ese grupo, sí admitió que había sido entrenado para el combate por "militantes" en Afganistán.

La semana pasada, el supuesto líder espiritual de JI, el ulema Abu Bakar Baasyir, fue condenado a cuatro años de prisión por subversión y delitos de inmigración, pero el tribunal consideró que no había pruebas suficientes para demostrar su pertenencia a la organización terrorista.

Aunque esa sentencia fue criticada por algunos sectores de la comunidad occidental en Indonesia, que la consideraron demasiado leve, la de hoy contra Samudra muestra, para muchos, la determinación del Gobierno de Yakarta de terminar con el terrorismo.

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