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PARÍS, FRANCIA.- Las divisiones en Europa en torno de Iraq se profundizaron ayer cuando Francia y Alemania rechazaron una propuesta británica y Londres acusó a París de empujar al mundo a una guerra.
La oposición, encabezada por Francia —miembro del Consejo de Seguridad con derecho a veto—, prácticamente echó a pique un intento británico por encontrar un acuerdo de transacción entre Estados Unidos y los pacifistas europeos.
Francia considera que la propuesta británica es esencialmente igual a una resolución anterior respaldada por Estados Unidos. El canciller francés Dominique de Villepin dijo que Francia rechazará la idea británica porque incluye un plazo a Iraq del 17 de marzo para que cumpla con sus condiciones.
“No podemos aceptar las propuestas británicas en cuanto formen parte de una lógica bélica, una lógica del recurso automático a la guerra”, dijo de Villepin a la televisora France-deux.
Alemania, que respalda las medidas de Francia por evitar una guerra, adoptó una posición similar considerando improbable que la propuesta de Londres permita una solución de compromiso en el Consejo de Seguridad. Después de una reunión de emergencia de 45 minutos con el primer ministro Tony Blair, Duncan Smith dijo que Francia actúa de manera irrazonable al amenazar el veto de cualquier resolución, “y eso ha significado que por lo tanto la probabilidad de una acción militar está más cerca”.
El canciller Jack Straw también acusó a los franceses de desestimar la propuesta británica sin tomarse el tiempo suficiente para estudiarla.
“Lo que encuentro extraordinario es que, sin siquiera una consideración adecuada, el gobierno francés haya decidido que rechazará estas propuestas, agregando a la declaración que, sean cuales fueren las circunstancias, Francia votará en contra”, dijo el canciller.
Francia desmintió que sus esfuerzos conduzcan a una guerra. François Rivasseau, un vocero de la cancillería, dijo que París desea “acelerar y hacer más eficiente el desarme pacífico de Iraq”.
La aspereza de los comentarios profundizó la brecha en Europa, que se esfuerza por evitar que las divergencias sobre Iraq se extiendan a otros aspectos de la integración europea.