Los fabricantes de ladrillos adheridos a la Organización de Obrajeros y Transportistas de Materiales de Construcción, con hornos en las colonias Asentamientos Humanos, Arroyo Seco y otras colonias de la zona, condicionaron su reubicación al predio El Vergel a cambio de que los gobiernos estatal y municipales, les compren la producción y que les indemnicen sus terrenos a precios justos, ayer durante una sesión ordinaria de este gremio celebrada en los márgenes del Arroyo Seco
Los ladrillos que han sido producidos por los obradores de colonia Ley de Asentamientos Humanos, no sólo han representado generación de empleo y sustento para más de un centenar de familias, sino que han contribuido a la construcción de cinco escuelas, el Templo de Nuestra Señora del Rosario y para el auditorio de la colonia, argumentaron como una defensa ante los ataques por la contaminación y como ejemplo de la contribución social de estas fabricas de tabiques.
“Ahorita estamos a tientas, porque en realidad las autoridades de la Presidencia Municipal no nos han explicado el proyecto de reubicación que quieren hacer, y por eso estamos desconcertados”, puntualizó Martín Nevárez Hernández, ante un grupo de agremiados.
Los trabajadores y propietarios de la industria del ladrillo, señalaron que desde junio del 2001, emitieron una carta al presidente de la República, Vicente Fox Quesada donde solicitaron la regularización de los terrenos que están sobre la rivera del Arroyo Seco, pero además peticiones similares han sido planteadas a las autoridades de la Comisión Nacional del Agua y el gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier, pero hasta el momento, lejos de una respuesta, se asoma una reubicación, apuntaron.
Porfirio Irigoyen Castro, con 20 años de dedicarse a la producción de tabiques para la construcción, indicó que están de acuerdo con trasladar sus obradores al predio que pretenden las autoridades –Ayuntamiento y la Secretaría de Desarrollo Social-, siempre y cuando el gobierno se comprometa a comprar los ladrillos fabricados.
“Si vamos a estar a 22 kilómetros de la ciudad, la distancia nos repercutirá en el traslado de la gente, los fletes de traslado de tierra –insumo básico-, así como un alejamiento de los clientes que usan ladrillo”, dijo Irigoyen Castro.
Nevárez Hernández en calidad de dirigente de los ladrilleros, señaló que los obradores que están sobre los márgenes del Arroyo Seco, representan una efectiva fuente de empleo para personas de las colonias de influencia en este cauce, tales como la Ley de Asentamientos Humanos, Juan Lira, Tierra y Libertad, Ejido Arroyo Seco y otras.
Con la reubicación –agregó-, este modo de trabajo se pondrá en riesgo, además que la venta del ladrillo podría decrecer por la distancia de la ciudad, centro principalmente de comercialización de ladrillo.
“No queremos ponernos en contra de las autoridades por el simple hecho de ponernos en contra, pero sí queremos que nos tomen en cuenta y que tengan la atención de explicarnos el proyecto de reubicación de las ladrilleras del Arroyo Seco”, enfatizó Nevárez.
Actualmente esperamos la visita de una comisión de regidores del Ayuntamiento, o del propio presidente Municipal José Aispuro Torres, para “que platiquen con nosotros y nos presenten con claridad todo lo relacionado con el proyecto de reubicación”, señaló.