Malestar y frustración entre beneficiados del Infonavit
Torreón, Coah.- Pandillerismo, basura, incomodidades, alto índice de abandono y renta de viviendas, además de hoyancos en las calles, es el resultado de un proyecto de viviendas ideado por el Instituto del Fondo Nacional para la Viviendas de los Trabajadores (Infonavit) y la constructora del conjunto habitacional conocido como Condominios Manhattan, localizado en la colonia Rincón de la Merced, al sureste de la ciudad.
El sector más grande del conjunto habitacional está asentado en una superficie de siete hectáreas y media aproximadamente (poco más de siete manzanas), donde sobresalen a la vista 112 edificios de seis departamentos cada uno (dos en cada piso), para un total de 672 “palomares”, como les dicen los habitantes.
Los departamentos, que miden 63 metros cuadrados aproximadamente, tienen dos pequeñas recámaras de tres por tres metros, una sala-comedor-cocina muy pequeña, el baño y un porche —o “patiecito”— de apenas dos metros cuadrados donde algunas madres de familia tienden la ropa, aunque la mayoría prefiere hacerlo en la calle, al no contar con un lugar destinado para eso.
En la recámara, comenta una de las entrevistadas, quien pidió el anonimato, “apenas cabe la cama y ya párele de contar, se llenó, pero a la fuerza tiene uno que meter sus cosas”.
Una de las habitantes dijo no tener problemas con los vecinos, “porque no me meto con nadie”, pero expuso que la problemática es mucha y muy desgastante, pues algunas noches, principalmente los fines de semana, hay pleitos, gritos, pedradas, botellazos y hasta balazos.
La constante es la basura en las calles, por los frentes y las partes traseras de los departamentos. Es lo primero que nota cualquier persona que llega a ese populoso sector habitacional, debido a que muchos departamentos están desocupados y muy pocas personas son las que barren.
Durante el recorrido efectuado por El Siglo de Torreón, se pudo apreciar un colchón viejo tirado a un lado del contenedor de basura, el cual no se han querido llevar los trabajadores de los camiones recolectores, según dieron a conocer los vecinos.
Casi todos los departamentos están pintarrajeados, lo que asemeja los barrios bravos del Bronx en Nueva York y por las noches, afirman algunas amas de casa, se reúnen grupos de jóvenes para hacer desórdenes, como arrojar piedras a los departamentos vacíos y quebrar los cristales de las ventanas.
La historia de Luz
A Luz Hernández le resultó contraproducente adquirir un departamento en el conjunto habitacional Manhattan, pues a los pocos días se enteró de la situación en que se vive y siempre no se cambió ahí, por lo que se vio obligada a rentarlo al no encontrar una persona que acepte el traspaso.
La acreditada del Infonavit estuvo sin empleo un año y al entrar nuevamente a laborar en otra empresa, se encontró con que el adeudo se había incrementado por la falta de abonos y los intereses, de tal forma que ahora debe alrededor de 90 mil pesos, aunque según sus cuentas, ha dado como 30 mil de los 70 mil que costó originalmente.
En la actualidad le descuentan mil pesos al mes para el pago del departamento, mientras ella cobra 600 pesos de renta y no encuentra la manera de traspasarlo, pues para empezar, tiene que cubrir el atraso del año que dejó de abonar y por si fuera poco, no hay quién se quiera ir a ese lugar.
Hay infinidad de historias como la de Luz, lo que refleja la mala visión de Infonavit y la postura de la constructora, pues se pensó básicamente en el ahorro de inversión para obtener el máximo beneficio de la empresa, sin tomar en cuenta la comodidad y espacio vital para las personas que las comprarían.
El caso de Rafael
Rafael Morales se arrepiente de haber adquirido un crédito en Infonavit para cambiarse a un departamento en ese lugar, pero nada puede hacer todavía.
Hace seis años Rafael y su familia se fueron a los apartamentos Manhattan, con la alegría de contar con un lugar propio donde vivir, pero poco les duró el gusto al padecer todas las incomodidades de vivir en condominio, pues se escuchan ruidos por todos lados, ya sea de gritos o de música, en el día y parte de la noche.
“Además de todo esto, cuando nos cambiamos la cuenta era de 70 mil pesos, pero luego me dijeron en Infonavit que mi primer patrón no hizo los abonos que a mí me quitaban. Después cambié de trabajo, donde me rebajan 70 pesos a la semana, pero el caso es que ahora debo como 100 mil pesos”.
Si pudiera irse, Rafael ya lo hubiera hecho desde hace tiempo, pero no tiene para pagar renta en otra casa y no hay forma de deshacerse del crédito. “¡Ni modo! , ¿qué le vamos a hacer ahora?”, comenta entre resignado y triste.
“Condenados” a una casa propia
Los trabajadores que con esfiuerzo consiguieron una casa en Condominios Manhattan, ahora viven prisioneros de un mal proyecto de Infonavit y la constructora Fácil.
Dificultades
* Los edificios están formados en bloques de dos, con seis departamentos cada uno, de tal forma que las puertas principales quedan frente a frente y comparten, además de las escaleras, tres bombas para subir el agua de las cisternas o aljibes.
* De las tres bombas se utiliza sólo una a la vez y las otras son de repuesto, pero en la mayoría de los condominios ya nada más hay una o dos porque se
descomponen y no las reparan, al no tener un fondo económico u otro sistema para la prevención de estas eventualidades.
* Los matrimonios con un hijo no tienen mayor problema para pasar la noche, pero los de tres o cuatro tienen que ingeniárselas para dormir “cómodamente”, teniendo que convertir la sala en recámara nocturna.
Hoyancos
* Por la mala calidad del pavimento y de las ocasionales lluvias que caen en la ciudad, las calles están llenas de baches, cuando no enormes hoyancos que obligan a los conductores a pasar a vuelta de rueda.
* Cuando llueve, las calles se anegan totalmente debido a la inexistencia de alcantarillas y el agua permanece por varios días, lo que provoca serios daños al pavimento.
* La mayoría de los acreditados del Infonavit que todavía viven en ese lugar, ya que un gran porcentaje ni siquiera se cambió, dicen sentirse frustrados al no poder traspasarlos para buscar otra opción, pues nadie quiere irse a vivir a ese lugar y ahora están “condenados” a vivir ahí sin muchas esperanzas de mejorar, mientras el constructor, dijo uno de los entrevistados, “tiene o tenía su buena casota en San Isidro”.
Rechazo
El tipo de construcción como los condominios Manhattan no se repetirá, ya que es un modelo de vivienda con mayor índice de rechazo en Torreón, declaró el subdelegado del Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit), Eduardo González González.
El servidor público dijo que se sacrificaron espacios y acabados en la construcción de ese conjunto habitacional, pero se debió a un sistema que anteriormente operaba el Infonavit en las grandes ciudades como el Distrito Federal, que era el de subasta.
El programa de construcción de viviendas se sometió a subasta y la constructora Fácil, dijo González González, fue la que hizo la propuesta más económica y a quien se le adjudicó la obra, pero al poco tiempo se vieron los resultados negativos.
A raíz de la poca aceptación, dijo, el Infonavit desechó el programa de subasta y ahora sólo maneja en Torreón la vivienda unifamiliar o dúplex, además que ninguna desarrolladora de vivienda se anima a construir en condominio, pues no habría demanda.
Actualmente se han reasignado cerca de 100 departamentos, ya que los acreditados originales los abandonaron o rentaron y al no pagar se les recogió el inmueble para su traspaso, aunque todavía hay varios irregulares.
El Subdelegado informó que ya se pueden rentar las viviendas, con la condición que el acreditado cumpla cabalmente con el pago del crédito.