22 octubre 2003
Naciones Unidas, (EFE).- La campaña para recaudar los 35.000 millones de dólares necesarios para reconstruir Iraq podría recibir un impulso significativo en la conferencia de donantes de Madrid, donde se aspira a recaudar al menos la décima parte de esa suma.
Pocas personas se han aventurado a estimar cuánto dinero se puede comprometer en Madrid, aunque la reciente adopción, por el Consejo de Seguridad de la ONU, de una resolución que marca el camino para la transición hacia un Iraq democrático y plenamente soberano debería dar un impulso a las contribuciones.
El reciente anuncio de Japón de que aportará 1.500 millones de dólares en el corto plazo ha supuesto una importante inyección de dinero y entusiasmo a una conferencia que, hasta hace muy poco, presagiaba modestos resultados.
Antes de conocerse la contribución de Japón, la responsable del tema iraquí en el Programa de Desarrollo de la ONU (PNUD), Julia Taft, confirmó la cifra, avanzada por medios de prensa, de 2.000 millones de dólares.
Según el secretario general de la Agencia Española de Cooperación Internacional, Rafael Rodríguez-Ponga, una décima parte de las necesidades de Iraq, estimadas por las Naciones Unidas y el Banco Mundial en 35.000 millones de dólares, sería "un buen comienzo".
De la suma total, 9.272 millones de dólares serán necesarios en 2004, mientras que el resto se distribuirá en los tres ejercicios siguientes.
Ese importe total se une a los 19.440 millones de dólares (8.240 en 2004,y 11.200 entre 2005 y 2007) que la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA) para Iraq calcula que costará recuperar los sectores que no han evaluado la ONU y el Banco Mundial.
Esos sectores son los de seguridad y policía, petróleo, cultura, medio ambiente, derechos humanos, asuntos exteriores, religión, ciencia y tecnología, y juventud y deportes.
El trabajo de la ONU y el Banco Mundial se ha centrado en los sectores denominados prioritarios: educación, salud, empleo, agua y saneamiento, transporte y telecomunicaciones, electricidad, vivienda, agricultura y ganadería, recursos hídricos, finanzas, empresas públicas, minería e instituciones de gobierno.
Pese a que las necesidades no se deben sólo a la guerra, sino que también se derivan de dos décadas de deterioro por la política iraquí y las sanciones impuestas al régimen de Saddam Hussein, muchos países se han mostrado reticentes a apoyar con fondos la reconstrucción de Iraq tras una invasión que no aprobaron.
Además, son reacios a proporcionar dinero para el Fondo de Desarrollo iraquí, ya que está controlado por la coalición que ocupó Iraq.
Para vencer sus reticencias, se ha previsto la creación de un Fondo Internacional de donantes que será gestionado por el PNUD y el Banco Mundial.
Además de Japón, la Unión Europea ha anunciado que aportará 200 millones de euros (unos 235 millones de dólares), que se sumarán a los 100 millones de euros (118 millones de dólares) ya comprometidos en ayuda humanitaria para 2003.
Canadá asignará casi 220 millones de dólares a la reconstrucción, de los cuales canalizará 30 millones de dólares a través de UNICEF y 3,5 millones de dólares mediante la agencia humanitaria canadiense CARE.
El ministro de Exteriores británico, Jack Straw, ha comprometido 438 millones de dólares en los dos próximos años que, sumados a anuncios anteriores, coloca su contribución en más de 900 millones de dólares.
España, que es el país anfitrión de la conferencia, aportará unos 300 millones de dólares hasta 2007. El Gobierno surcoreano, por su parte, anunció el pasado sábado una aportación de 200 millones de dólares en los próximos cuatro años para la reconstrucción de Irak y el envío de más tropas al país árabe.
Sin embargo, varios países importantes, como Francia y Alemania, han rechazado dar apoyo financiero más allá de lo que ya se ha comprometido, una posición que también ha adoptado Rusia.
La negativa de esos países se debe a que la resolución sobre Iraq, que establece una fuerza multinacional, no va tan lejos como habrían deseado de manera que se acelere el proceso político para devolver la soberanía y el poder a los iraquíes.