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Confesiones de caníbal consternan a Alemania

Reuters

KASSEL, ALEMANIA.- Un alemán confesó ayer haber matado y comido a una víctima voluntaria, contando a una conmovida corte que la experiencia fue “como tomar la comunión” en un servicio religioso.

Al comienzo del juicio por asesinato en Kassel, en la región central de Alemania, Armin Meiwes, de 42 años, ofreció un relato completo del homicidio, que ha ganado notoriedad mundial como “el caníbal de Rotenburg”, por la población donde vivía.

Meiwes dijo que en la Internet hay “cientos, miles” de personas tratando de satisfacer sus deseos de comer carne humana o de ser comidos, y que dichos deseos se canalizan a través de sitios como “Cannibal Café”, “Guy Cannibals” y “Torturenet”.

Con un testimonio tan franco que provocó arcadas entre el público presente, Meiwes dijo que había enterrado las entrañas de la víctima, pero se había quedado con el cráneo y carne que guardó en bolsas de plástico en el congelador.

Meiwes confesó que se había comido unos 20 kilos de carne, después de descongelarla por partes.

“Lo recordaba (a su víctima) en cada pedazo de carne que me comía”, dijo Meiwes al juez sin alterarse. “Era como comulgar”.

Meiwes expresó que su crianza bajo la tutela de una madre dominante había despertado su interés por el canibalismo, haciéndole desear un hermano pequeño para convertirlo en parte de sí mismo.

El asesinato ocurrió en marzo de 2001. Meiwes fue arrestado en diciembre de 2002 luego que la policía recibió una pista de alguien que había visto uno de sus avisos en la Internet buscando víctimas.

Se espera que el juicio dure hasta fines de enero y que se cite a unos 40 testigos, incluyendo algunos contactos de Meiwes, un técnico en reparación de computadores, por la Internet.

El acusado explicó cómo se había puesto en contacto por Internet con un especialista de computadoras berlinés, identificado sólo como Bernd-Juergen B, de 43 años.

Meiwes lo invitó a su elegante casa de campo en Rotenburg, cerca de Kassel, y allí lo mató con un cuchillo de cocina en una “habitación para matanzas” que había construido y equipado con garfios para colgar carne, jaulas y una mesa de carnicero.

“Me dijo que desde niño tenía el deseo de ser descuartizado e ingerido”, expresó Meiwes. “Era muy inteligente y no me percaté de ninguna señal que indicara que estuviera perturbado”.

Meiwes filmó todo el proceso y la cinta de video podría exhibirse completa durante el juicio.

La película muestra a Meiwes, descrito por su abogado como “un caballero de la vieja guardia”, cortando el pene de la víctima a petición de ésta.

“Para él era importante que le cortaran el pene y ser testigo de eso”, dijo Meiwes. “Le proporcionó placer”.

La víctima quedó inconsciente diez horas después de haber comenzado el proceso. Meiwes lo mató con un cuchillo y posteriormente colgó el cadáver en un garfio y lo descuartizó mientras filmaba su quehacer.

Homicidio a petición

La fiscalía ha acusado a Meiwes de asesinato, después de que un psiquiatra dijo que estaba capacitado para enfrentar un juicio, y está pidiendo cadena perpetua.

La fiscalía reconoce que la víctima dio su consentimiento para que la mataran, pero considera que Bernd-Juergen B era incapaz de pensar racionalmente.

El abogado de Meiwes ha pedido que lo condenen por “homicidio a petición”, una forma de eutanasia ilegal que se castiga con una sentencia de seis meses a cinco años.

El problema, según expertos, es que la condena por asesinato es improbable porque el video demuestra que el proceso se llevó a cabo con el consentimiento de la víctima.

Este caso podría llegar al Tribunal Constitucional Federal, dijo esta semana el profesor Arthur Kreuzer, del Instituto de Criminología de la Universidad de Giessen.

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