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Confrontación inevitable/addenda

Germán Froto y Madariaga

Seguramente llegará el momento en que se tenga que hacer el recuento de los daños y éstos no serán pocos. Por lo pronto, no creo que exista persona alguna que siendo por convicción ideológica militante del Partido Revolucionario Institucional esté de acuerdo con lo que sucede en ese partido.

Durante la semana que termina, la confrontación que se esperaba desde que Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo integraron fórmula para competir a los cargos de presidente y secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional, se concretó y ésta puede conducir a una peligrosa fractura hacia el interior del Partido.

Con sinceridad, tenemos que admitir que ninguno de los dos tiene una imagen pública que le permita captar las simpatías ciudadanas siquiera un sector representativo de la sociedad. De ahí que el hombre común los vea como dos personas que no paran en mientes con tal de salirse con la suya.

Que Madrazo mintió en eso del origen del controvertido impuesto (IPI) que propuso la coordinadora de los diputados priistas, es cierto. Pero que Elba Esther no tuvo el cuidado para haber consensuado con todos sus compañeros legisladores y se condujo como si estuviera en el SNTE, también lo es.

Por lo pronto la gente ya comprobó que el Congreso de la Unión, como los congresos locales están mal estructurados, porque en sus leyes orgánicas contemplan la integración de los legisladores que los componen en fracciones parlamentarias que operan bajo las siglas de los partidos, como si esos cuerpos colegiados pertenecieran o representaran a éstos y no a la ciudadanía.

Esa mala estructuración lleva a los legisladores a responder de manera preferente a los intereses de los partidos antes que a los de la ciudadanía. Por eso, se llega a absurdos como ése en el que incurrió la senadora Dulce María Sauri, al afirmar que no era posible que un partido de oposición propusiera el establecimiento de nuevos impuestos.

A la luz de un razonamiento tan ilógico, ¿si el país requiriera la creación de nuevos impuestos que gravaran en mayor grado la riqueza concentrada en una minoría de contribuyentes no habría que aprobarlos sólo porque son nuevos?

¿Porque se es partido de oposición hay que buscar la forma de que una administración pública, de otro partido fracase, aunque con ello se cause un daño al pueblo?

Claro que no. Muchos legisladores suelen olvidar que están en las Cámaras porque el pueblo los eligió y a quienes le deben lealtad es precisamente a los electores. Los debates ideológicos son parte de la vida misma de todo congreso. Pero de ahí a rechazar o aceptar a ciegas las propuestas sólo porque provienen de los correligionarios o de los adversarios hay un mundo de diferencia.

La confrontación entre Gordillo y Madrazo se da hacia el interior del partido, aunque en ese pleito jueguen un papel importante los diputados federales. Elba Esther quiere imponer su voluntad por encima de la de otros y Roberto busca deshacerse de un contrapeso fuerte que le resta autoridad y movilidad en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI. La maestra le dio la pauta, se le puso de “pechito”, como se dice coloquialmente y Madrazo se aprovechó y le tiró a matar.

Los opositores a Gordillo esgrimen la legalidad para haberla defenestrado y colocado en su lugar a Emilio Chuayffet. Ella a su vez blande el texto de la ley para seguir actuando como coordinadora parlamentaria. Los dos dicen apoyarse en la ley. Los dos afirman tener la verdad, pero obviamente la verdad es sólo una.

Tan eso fue así, que en la carta de que maestra dirigió al presidente del Partido, textualmente le dice: “A nombre del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, que me honro en coordinar, solicito a usted respeto a la Constitución Política y a la Ley Orgánica del Congreso de la Unión de los Estados Unidos Mexicanos, así como a las normas que rigen la vida interna de nuestro Grupo Parlamentario, mismas que por unanimidad aprobamos el 3 de septiembre pasado sus integrantes”.

El conflicto obligó a los gobernadores a intervenir tratando de que las aguas volvieran a su cauce y que la sangre no llegara al río, pero poca atención se le prestó a ese llamado a la cordura. Por eso, acto seguido, algunos de ellos le pidieron a Madrazo que, si quería buscar la candidatura a la Presidencia de la República en el dos mil seis, renunciara desde ahora a la dirigencia del partido, lo cual es correcto a fin de que ninguno de los que pretenden esa candidatura juegue con ventajas.

Pero además, la mayoría de los gobernadores buscarán este fin de semana que la coordinación de la fracción pueda quedar en manos de un tercero en discordia, que bien podría ser cualquiera de estos tres diputados: Alfredo del Mazo, Ángel Aguirre o Enrique Burgos.

La decisión de quitar a Elba Esther fue tomada ya por la mayoría de los doscientos veintidós diputados que integran la fracción. Ciento dieciocho de ellos así lo determinaron y aunque Chuayffet rindió la protesta que le fue tomada por el propio Madrazo, falta por ver qué harán el resto de los diputados que no son pocos.

En ese contexto, es posible que en un futuro cercano veamos a una Cámara de Diputados más dividida y confrontada de lo que ha estado en los primeros tres meses de la actual legislatura.

Pero además, aún permaneciendo dentro del Partido, es posible que muchos de los diputados que respaldan a Elba Esther no respeten las directrices de Chuayffet y en asuntos trascendentes prefieran sumar sus votos a los de otras fracciones como la del PAN o el PRD.

Fuera de la Cámara y apoyándose en el SNTE, la maestra le va a cobrar a Madrazo esta afrenta política. ¿Cómo? No lo sé. Pero de que se la cobra, se la cobra.

Si pocas probabilidades tenía Roberto de llegar a ser candidato del PRI a la Presidencia, después de esto esas probabilidades se reducen aún más. Porque el SNTE, como estructura organizada que opera dentro del partido le va a hacer la guerra en muchos frentes.

Sin embargo, si eso sucede el sindicato estará trabajando aunque no lo quiera a favor de cualquiera de los candidatos que en su momento postulen el PAN y el PRD. Me atrevería a vaticinar que más a favor del que lance este último, de manera tal que es posible que, de suceder, lo estará haciendo a favor de Andrés Manuel López Obrador.

En resumidas cuentas, como reza el conocido adagio: “Nadie sabe para quién trabaja”. En igual sentido, el pleito entre Elba Esther y Madrazo producirá agua que servirá para mover, sabrá Dios, qué molino.

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