GÓMEZ PALACIO, DGO.- “En la maqueta se veía muy bonito, con su placita, su escuela y hasta una iglesia”, añoran las madres de familia del fraccionamiento San Alberto, cuando hace más de tres años ellas o sus cónyuges se decidieron a comprar una casa en ese sector, atraídos por todos los ofrecimientos de la constructora.
Ahora, han tenido que organizarse y ejercer actos de presión para que la empresa corrija las condiciones de abandono que presenta este sector habitacional, pues ayer muy temprano bloquearon la calle de acceso.
Martha Angélica Morales, quien habita en el número 171 de la calle Iglesia de Colosa, manifiesta que el extenso terreno que está destinado a las áreas verdes, la construcción de un plantel educativo y la iglesia del fraccionamiento, está plagado de matorrales y montones de escombro que la propia constructora vacía diariamente de los desechos que obtiene durante la edificación de las viviendas.
Tampoco ha terminado la pavimentación del bulevar San Alberto, principal arteria de acceso y que comunica con el fraccionamiento Miravalle; ayer, maquinaria y personal de la constructora se abocaron a realizar algunas mejoras, tras la exigencia planteada por el grupo de vecinos.
La demanda principal de las madres de familia es que se realice la construcción de aulas para la escuela primaria “José Santos Valdez”, pues desde que el fraccionamiento se creó, 89 niños están recibiendo clases en tres jacales de hule y cartón, en los que se exponen a las severas condiciones de calor y frío durante todo el ciclo escolar.
Según Rosa Elba Nájera, de la calle Iglesia de Filadelfia número 228 norte, parte del terreno en que se ubica la escuela de cartón, es el destinado a la construcción de los salones.
Autoridades educativas les habían dicho que ya se tenía autorizado el presupuesto para las obras y los encargados de la empresa constructora “Coproinsa”, les aseguraron que en mayo pasado iniciarían los trabajos; la realidad es que los niños tuvieron que celebrar el fin de cursos ayer por la tarde en las mismas condiciones.
Ante esta situación, otros padres de familia optaron por inscribir a sus hijos en la primaria del fraccionamiento San Antonio, pero deben recorrer una distancia considerable todos los días para llevarlos y traerlos de regreso a sus casas.
En ese mismo terreno se ubicarían las áreas verdes, pero sólo hay unos columpios y un resbaladero “que fue la plaza que vinieron a instalar los del Municipio hace meses y aquellas porterías que puso el ingeniero Martínez de la constructora, porque le pagan por manejar un equipo de futbol... si no fuera por eso nunca las hubiera colocado”, dijo Rosa Elba.
Otro problema es el exceso de perros callejeros, que no ha recibido la atención que merece por parte del Departamento de Prevención Social del Municipio, al que se han hecho llegar los insistentes reclamos de los vecinos sin ninguna respuesta.
El canal de riego que se localiza en la parte trasera del fraccionamiento, y que lo divide con el Miravalle, también está repleto de basura y según las quejosas, se les hacen llegar hasta ese lugar animales muertos que a los pocos días generan malos olores.
“El Municipio se la quita con que el fraccionamiento no le ha sido entregado para no dar respuesta a todas estas demandas, pero en cambio nos cobran alrededor de 175 pesos de impuesto predial”, señalaron.
Uno de tantos
El fraccionamiento San Alberto es sólo uno de los múltiples casos de nuevos sectores habitacionales inconclusos y que presentan serias deficiencias en perjuicio de quienes los habitan. Entre las principales demandas de los vecinos destacan:
· Que se dé cumplimiento a la construcción de aulas para la escuela primaria, pues 89 niños reciben clases en tres jacales de cartón y hule.
· Atención a las áreas verdes, mediante la creación de una plaza.
· Limpieza de los alrededores y concluir la pavimentación del bulevar San Alberto, considerado como la arteria principal y de acceso a este sector.
FUENTE: Investigación El Siglo de Torreón