BUENOS AIRES, (Reuters).- Con el fin de explicar uno de los fenómenos más enigmáticos de la ciencia actual, el de los rayos cósmicos de alta carga energética que llegan esporádicamente a la Tierra, 15 países están construyendo en Argentina el observatorio más grande del mundo.
El centro astronómico llamado Pampa Amarilla estudiará el origen de estos rayos cósmicos ultra energéticos, que poseen una energía mayor aun que la que puede crear el hombre mediante aceleradores de partículas.
El observatorio --emplazado en la andina provincia argentina de Mendoza en el oeste del país-- demandará una inversión de 50 millones de dólares, se extenderá a lo largo de 3.000 kilómetros cuadrados y será 10 veces más grande que el AGASA (Akeno Giant Air Shower Array) de Japón, que hasta ahora era el mayor del mundo.
Pampa Amarilla, que será completado en el 2005, forma parte del proyecto Pierre Auger --apoyado por UNESCO-- que prevé la construcción de un observatorio similar en Estados Unidos a partir del 2006.
El costo de la construcción será financiado por el gobierno argentino, el gobierno provincial de Mendoza y las 50 instituciones de los países de Europa, América y Asia que participan en el proyecto.
"Nuestro objetivo es tratar de descubrir cómo se generan las energías más altas en la naturaleza, y tal vez puedan abrirse nuevos caminos para la ciencia", afirmó el físico Alberto Etchegoyen, director de Pampa Amarilla.
Las rayos cósmicos ultra energéticos son las partículas que llegan a nuestra atmósfera provenientes del espacio que tienen la carga de energía más alta que se conozca en el universo.
"Estas partículas microscópicas, que son más chicas que los átomos, tienen una energía comparable a la de una pelota de tenis en un saque", explicó Etchegoyen a Reuters.
A la Tierra sólo llegan uno o dos rayos cósmicos ultra energéticos por kilómetro cuadrado cada 100 años, razón por la que se necesita un observatorio de las dimensiones del argentino para estudiar este fenómeno.
"No hay una teoría establecida por la comunidad científica internacional que permita entender cómo estas partículas existen. Tarde o temprano, nosotros creemos que podemos ayudar a dilucidar este misterio", agregó el científico.
Pampa Amarilla contará con 1.600 detectores esparcidos a lo largo de toda su superficie y con 24 telescopios, algunos de los cuales ya están funcionando, que durante 20 años registrarán las partículas de alta energía que lleguen a la Tierra.
"Los telescopios reconstruyen la trayectoria del rayo cósmico. Es como detectar una bombita de cuatro watts moviéndose a la velocidad de la luz a 15 kilómetros de distancia", expresó Etchegoyen.
Cerca de 250 científicos de todo el mundo trabajan en el proyecto Auger, en el que intervienen Alemania, Argentina, Brasil, Estados Unidos, Francia, Italia, México, Gran Bretaña, Australia, Bolivia, Eslovenia, Grecia, Polonia, República Checa y Vietnam.