México. (Notimex).- Investigadores de la Academia Mexicana de Ciencias coincidieron en expresar que hasta ahora no existen bases científicas que señalen algún posible daño a la salud o al medioambiente el consumo o cultivos de productos geneticamente modificados.
En conferencia de prensa, el presidente de la AMC, José Antonio de la Peña Mena, aseguró que por lo anterior, el grupo ambientalista de Greenpeace ha creado una desinformación en torno a los productos geneticamente modificados, con el fin de que la Iniciativa de Ley de Bioseguridad, que actualmente se discute en el Senado, no sea aprobada.
"Esta posición no tiene bases científicas: En primer lugar no se ha demostrado que los organismos geneticamente modificados ofrezcan ningún peligro para la salud o al medioambiente, además, es imposible aislar al país de la contaminación de estos organismos creados en otros sitios del mundo", afirmó De la Peña Mena.
El también director del Instituto de Matemáticas, de la UNAM, aseguró que la prohibición de la investigación y uso de los organismos geneticamente modificados inhibiría el desarrollo de la biotecnología en México, la cual es esencial para el cuidado del medio ambiente y la salud, además para no rezagar al país en el desarrollo de la ciencia moderna.
De la Peña advirtió que de no existir un marco jurídico en el corto plazo, el protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología, el cual ya fue ratificado por México, podría entrar en vigor en el país, dado que existen hasta el momento 47 de las 50 aprobaciones consideradas para su entrada en vigor.
"Dicho protocolo se aplicará directamente, estableciendo mecanismos de evaluación y aprobación de la liberación de organismos criticamente modificados que no son suficientemente claros para el caso mexicano", manifestó.
Francisco Bolívar Zapata, aseguró que la iniciativa de ley contiene varios artículos precautorios con el fin de evitar riesgos ante posibles daños a la salud o al medio ambiente ocasionados por los organismos genetivamente modificados.
Sostuvo que el país no puede ser indiferente a los adelantos científicos y tecnológicos que se registran en el mundo, además de que el detener el desarrollo de la biotecnología podría significarles a México perder la soberanía alimentaria en un futuro a mediano plazo.
Bolívar Zapata precisó que en la actualidad, países como Estados Unidos y China consumen altas cantidades de granos, como maíz y arroz geneticamente modificados, y hasta el momento no se han registrado repercusiones en torno a la salud de la población o daños al medio ambiente.
Consideró que el riesgo es latente, como podría ocasionar cualesquiera otras disciplinas científicas, pues en la actualidad las vacunas que son en su mayoría organismos geneticamente modificados, ayudan a salvar millones de vidas, pero hay algunos casos, muy aislados, que pueden agravar la salud de la persona.
El investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM resaltó que para asegurar su buen manejo de dichos organismos, la legislación contempla la revisión caso por caso de su uso, además la supervisión en las empresas transnacionales y la prohibición para uso como armas bacteriológicas.