“Cuando hay talento y
capacidad, se olvida el
género y también la edad”.
Carolina Nieto.
Hace tres años, durante los preparativos del Quinto Encuentro de Comercio Industrial de Canacintra Torreón, conocí a una joven que emanaba seguridad en sí misma y una alta autoestima y era recién egresada del ISCYTAC, hoy Universidad La Salle, en donde estudió Comercio Exterior.
Se presentó en las oficinas de la Cámara a solicitar empleo y de inmediato se integró al comité organizador. Menudita, de poco peso y apariencia frágil, en el trabajo se convertía en una máquina de trabajar de tal manera que uno se preguntaba de donde provenía tanta energía. Dispuesta siempre a aprender lo que no conocía, se involucraba en todo dando lo mejor de sí misma. Rápidamente se relacionó con todos los organizadores y sus actitudes eran apreciadas por todo el personal: siempre lista para ayudar, dedicada en cuerpo y alma a sus responsabilidades, nunca eludió los retos y no solamente aceptaba, sino que siempre buscaba nuevas responsabilidades. Su carácter siempre afable y la sonrisa a flor de labios convertían en algo muy fácil la difícil tarea de trabajar bajo presión, mucha presión, en los preparativos de tan magno evento. Cuando surgía algún pendiente imprevisto, era la primera en ofrecer su ayuda, su amplia disponibilidad y las ganas de servir, multiplicaban su tiempo y cumplía todas sus actividades oportunamente y de la manera requerida; era todo un ejercito en una sola persona. Inquieta, con planes a largo plazo, dispuesta a pagar el precio de sus aspiraciones y anhelos, denotaba en su forma de ser que todos sus objetivos los busca siempre en forma ascendente y en ese constante esfuerzo por avanzar en el áspero camino del trabajo, fortalecía su carácter y apuraba su ingenio logrando con ello demostrar que aunque al mundo no le interese nuestra propia autoestima, ésta nos hace sentir bien y nos predispone para lograr lo que nos proponemos. La actitud mostrada por ésta joven, nos indica que nada se nos dificulta, que todo es fácil cuando se tiene el valor de afrontar el trabajo y que con ello, las mujeres están tomando poco a poco el lugar que merecen en la sociedad y son cada vez más las que escalan cargos de nivel medio y alto por su capacidad por lo que hoy, para ser líder en los negocios, ya no es una ventaja que a uno lo hayan socializado como hombre. Con su comportamiento y actitud en el trabajo, ésta joven eliminaba de sus respuestas y juicios el “no soy capaz” y se arriesgaba y se ponía a prueba constantemente. Todos deseamos tener personas como esta joven en nuestras empresas.
Con precarios recursos pero con mucho optimismo, la joven en cuestión con el tiempo encontró la forma de cursar estudios de inglés en Gran Bretaña por lo que hoy está en Europa y de esta forma logró hacer realidad otro de sus ansiados anhelos. Inquieta como siempre y hoy con suficiencia en el idioma inglés, ha logrado que la Universidad de Londres la acepte para cursar estudios sobre el desempeño de la mujer en los negocios por lo cual permanecerá por mas tiempo en el Viejo Continente. Ha aprovechado el tiempo para conocer otros países europeos y reconoce que es muy difícil vivir lejos de su familia, sin embargo, también reconoce que las altas metas que se ha fijado, bien valen el esfuerzo. Con toda seguridad, si aplica en sus estudios la misma actitud y el mismo entusiasmo mostrados en su trabajo aquí en La Laguna, María Antonieta Hernández González, Tony, como todos sus amigos y compañeros le llaman, seguirá cosechando éxitos y logrando los planes que se propone.
Este caso, puede servir de modelo para todas las jóvenes laguneras que sueñan con destacar en el mundo del trabajo. Tony demuestra que la planeación ayuda, que la actitud y el firme propósito de lograr lo planeado, rinden sus frutos cuando pagamos el precio que ello implica; demuestra también, que el límite, lo establecemos nosotros mismos, que la mira de nuestros objetivos no se debe circunscribir solamente a nuestro entorno inmediato, que el mundo entero está a nuestra disposición y que la falta de recursos económicos será la excusa para justificar nuestra falta de desarrollo personal mientras no apliquemos el ingenio y la constancia para encontrar las oportunidades que no se nos darán, a menos que vayamos en busca de ellas. Esfuerzos como el de Tony y muchas otras mujeres por la educación y dedicación laboral para lograr penetrar en trabajos y responsabilidades mas calificados, están dando sus frutos.
Hay muchas estudiantes universitarias laguneras que piensan que para ellas sería muy difícil seguir una carrera ejecutiva. No se debe desperdiciar su talento por temor a lo desconocido. El mensaje es que sí, sí sirve hacer el esfuerzo. Las universitarias necesitan modelos que las impulsen a seguirse esforzando con la seguridad de que si se puede destacar en los negocios, a tener la certeza de que la inversión que hacen en su educación puede rendir muy buenos frutos. En la actualidad en nuestra región ya hay mujeres que desempeñan puestos de buen nivel en las empresas, las universitarias, necesitan conocer ejemplos de éxito que las motiven a fijarse metas muy retadoras porque tienen muchas posibilidades de lograrlas, porque ¡si se puede!.
Tiene razón Josefina Vázquez Mota, Secretaria de Desarrollo Social del Gobierno Federal, cuando dice que las mujeres deben ser las primeras en creerse capaces de desarrollar con excelencia toda clase de tareas y ello requiere la mayor solidaridad entre ellas, necesitan reforzar la confianza en sus capacidades y talentos.
Si el trabajo en las empresas les permite realizarse y tener una vida plena más armoniosa, las mujeres podrán ser colaboradoras fundamentales en todos los retos que enfrenta nuestra nación. Las mujeres deben ser las primeras en creerse capaces de destacar y de tener éxito, de realizar incluso, con eficiencia, tareas que por tradición se han dejado para el usufructo exclusivo de los hombres.
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