Reuters
LONDRES, INGLATERRA.- La policía antiterrorista británica, que busca un posible laboratorio clandestino donde se procese la letal sustancia ricina, dijo ayer que detuvo a otra persona después de hallar trazas del veneno en un apartamento en el norte de Londres.
La policía está interrogando a siete hombres tras incautar del veneno, que algunos expertos han vinculado a la red Al Qaeda del militante islámico Osama bin Laden, en una redada hecha el domingo.
Al menos, seis de los sospechosos son de origen norafricano.
“La detención es parte de una pesquisa en curso y está vinculada a los arrestos del domingo”, dijo un portavoz de la policía de Londres sin aportar más detalles.
Una fuente de seguridad dijo que los primeros seis hombres eran argelinos cuya probable intención era infectar a otras personas con una crema envenenada, una escena escalofriante que desencadenaría más miedo que muertes a gran escala.
“Supongo que estaban planeando algo como los incidentes con carbunco (ántrax) en Estados Unidos”, dijo Michael Yardley, un historiador del terrorismo.
La ricina es uno de los venenos naturales más letales. Se deriva de las semillas de ricino, que se cultivan en todo el mundo para producir el aceite de ricino.
La ricina puede inhalarse, inyectarse o ingerirse. Cuando se ingiere se producen vómitos y diarreas. Otros efectos comunes son síntomas de gastroenteritis, la ictericia y el daño a los órganos del cuerpo. La muerte es posible, pero no inevitable necesariamente.
El gobierno británico aclaró que los arrestos demostraron que estos grupos quieren causar daños en Occidente.
“Lo que esto demuestra es que hay una amenaza de terrorismo internacional”, dijo un portavoz del primer ministro británico Tony Blair. “Hay muchos informes de inteligencia en los escritorios de los ministros”.
Enemigos internos
En el suburbio de Wood Green, en donde la policía halló la letal sustancia, grupos de inmigrantes expresaron temores de que la campaña británica contraria a Iraq pueda revertirse en contra de ellos.
“Es terrible, absolutamente terrible que haya ocurrido aquí”, dijo Hasani Gezin, un joven de 29 años, que creyó que problemas como estos habían quedado atrás cuando se marchó de su patria, Kosovo, y emigró a Gran Bretaña.
“Tomo el metro de Wood Green todos los días, está a unos minutos de aquí (...) pero uno nunca sabe qué puede pasar”, dijo, moviendo la cabeza.
La policía teme que los rastros de ricina y el equipo para fabricarla que halló en un pequeño departamento, ubicado en la planta alta de una farmacia, sean apenas la punta del iceberg.