El proyecto de un nuevo teatro se ha suspendido
Mientras que el litigio de la ex hacienda La Ferrería continúa entre las partes involucradas, gobierno estatal y la familia Mertins, su destino se encuentra congelado. El inmueble que todavía hace unos años relucía con mobiliario antiguo, hoy ya no se encuentra, pues está esparcido en varios lugares, como la Casa de Gobierno, en el Instituto de Cultura del Estado de Durango en bodegas y se dice que en algunos otros lugares, propiedades de ex gobernadores.
La ex hacienda fue construida entre los años de 1849 y 1855. Su existencia parte desde 1826, cuando la “Compañía Unidad de Minas” de origen inglés estableció una fundición de hierro que se alimentó del Cerro de Mercado, fue la primera en el México independiente, pero falló a causa de su mala construcción en el alto horno, según cita Manuel Lozoya Cigarroa en “Rincones de Durango”.
Actualmente no existe ningún mobiliario que todavía hace unos diez años pudo encontrarse en su interior, como camas, tapices, muebles, pinturas, óleos, telas, lámparas, puertas de madera grabada, pues se convirtió desde 1998 en museo y fue llamado “Guillermo Ceniceros”, destacado artista, pintor y escultor, discípulo de David Alfaro Siqueiros.
Cinco salas o cuartos se destinaron a la obra de Guillermo Ceniceros, que hoy todavía puede observarse a través de la donación de su material, valuada en dos millones de dólares.
Se encuentran también otras siete salas vacías, que en años anteriores se destinaron a exposiciones de pintura, escultura y distintas artes para la promoción de autores duranguenses y nacionales. Desde el litigio que enfrentan las partes y a través de la sentencia ejecutoria en la que se determina la revocación del decreto expropiatorio de 1988, resuelto por el Juzgado Tercero de Distrito en el 2001, las exposiciones se suspendieron, según cuenta la directora de este museo, Mayela Torres.
Todavía en 1994 y 1995 la ex hacienda, que ha sido cuidada desde hace 33 años por el señor Dimas Flores González, pudo abrir sus puertas a algunos visitantes. Ahí se encontraban comedores, lámparas, muebles, tapices y pinturas todavía en buen estado. Hoy el rostro de la ex hacienda es otro. Algunos de sus pisos han sido cambiados.
Cuenta Dimas Flores de 78 años, quien tiene 11 hijos vivos, 66 nietos y 29 bisnietos, que en 1965, cinco años antes de que él entrara como encargado, comenzó a rehabilitarse el edificio. “No había canales (desagües) y la cornisa estaba destruida.
Aproximadamente en 1975, las puertas de lo que fue la penitenciaría, hoy edificio que alberga un hotel, fueron trasladadas a la ex hacienda para restaurar algunas puertas, explicó Don Dimas, como se le conoce; pero otras, grabadas, como la de los cuatro evangelistas, se sustrajeron hace poco, junto con otras obras, como la “Fuente del Unicornio”, tapiz; el retrato del obispo “Don Esteban Lorenzo de Durango”, pintado entre 1791 y 1793; la obra pictórica de “San Juan Nepomuceno” y otra de “Jesús en la cárcel”
Tan sólo la del Unicornio, se dice que tiene un valor superior a los cinco millones de dólares; también pueden encontrarse obras en óleo como “Animas del Purgatorio”, “Virgen del Carmen”. “La visitación” y “San Felipe Neri”, que hoy están en la Pinacoteca del Instituto de Cultura del Estado de Durango.
También pueden verse obras en la Casa de la Revolución ubicadas en el ICED y muebles localizados en la Casa de Gobierno. Otros objetos y obras están en la bodega de la ex hacienda y se afirma, por personas que han visitado hogares de ex gobernadores, que también pueden encontrarse algunos objetos procedentes de La Ferrería, lo cual no ha podido comprobarse.
Proyectos congelados
La ex hacienda de La Ferrería tenía proyectos de expansión. Se construiría un teatro en el lugar en donde se encuentra la alberca, en la parte posterior de la edificación; un teatro al aire libre, en donde podrían presentarse artistas y eventos, pero las órdenes del gobierno estatal han sido sobre la suspensión de las mismas obras, hasta no conocer el real destino del inmueble.
Otros proyectos relacionados con las exposiciones y con la promoción del museo llamado “Guillermo Ceniceros” están también congelados hasta que no se resuelva el litigio.
Por lo pronto, el recorrido de las cinco salas que albergan las 229 obras de Guillermo Ceniceros están repartidas en cuartos con nombres como: “La sala de los paisajes”, “El estudio del artista”, “Anamórficos”, “Los articulables” y “Obra gráfica”; las siguientes salas están vacías.
El recorrido que puede hacerse en este museo es relativamente corto, aunque mensualmente es visitada por un promedio de mil 700 personas.
En temporadas regulares las visitas están sustentadas por niños procedentes de distintas escuelas en Durango. En las temporadas de vacaciones, las visitas aumentan a través de los mismos duranguenses o por turistas foráneos. Dentro del mismo número unos 200 son turistas extranjeros, que visitan la ex hacienda desde lugares muy remotos, como Estados Unidos, Suiza, Alemania, Japón, Holanda, Francia, del continente asiático, etcétera. Con regularidad hay visitas de personajes importantes como cónsules y embajadores.
Legítimo, tomar recursos económicos con eventos
En opinión de Mayela Torres, directora del museo “Guillermo Ceniceros”, no está mal que al ex hacienda se utilice para fiestas, eventos y reuniones, pues muchos museos de fama mundial, como el Metropolitan de Nueva York y el Louvre, en París, utilizan autogestión económica para la recuperación de los locales.
Los recursos pueden utilizarse para su propio mantenimiento y para realizar otras actividades. Aunque La Ferrería no es comparable con los museos mencionados, explicó que es justificable la adquisición de recursos y la celebración de eventos culturales y artísticos. Consideró que no debe satanizarse el asunto de las fiestas que se realizaron en su momento en las épocas de los ex gobernadores, como lo fue en el sexenio de Maximiliano Silerio Esparza, por citar un ejemplo.
“No hay acuerdo”: ASGM
El gobernador del estado, Ángel Sergio Guerrero Mier, dijo que se mantiene la incertidumbre sobre la posesión del inmueble conocido como Casa de la Ferrería, debido a que no ha sido posible llegar a un acuerdo de compra-venta con los propietarios.
“Sigue incierto porque estamos en la tesitura de dar cumplimiento a la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que fija la revocación del decreto de expropiación del inmueble, no de los bienes muebles que había en su interior y que no acreditaron ninguna propiedad”, enfatizó el mandatario.
Agregó que sacar los muebles y objetos de la Casa de la Ferrería “es materia de plazos que ha fijado el Juzgado de Distrito”, expresó al deslindar lo que es la propiedad de la finca y los bienes que están (o estaban) en el interior.
Con relación a la querella que sigue el abogado Eduardo Bravo, el Gobernador dijo que no tenía nada que ver con las negociaciones que realiza el gobierno con los propietarios de la finca; “es una cuestión particular que obedece a las demandas que tiene instauradas en contra de los Mertins y de su apoderado jurídico, por virtud de simulaciones y falsificaciones de poderes notariales, pero eso es ajeno a lo otro”.
Respecto del uso de la Casa de La Ferrería, reafirmó su convicción de que se trata de un inmueble que es patrimonio cultural de Durango, según decreto de la Legislatura, no porque lo diga solamente el Gobernador, “y que como tal no puede tener otro destino diferente a lo que establece el documento expropiatario”.
Dijo que la negociación con “los Mertins” radica precisamente en hacerles entender el uso que se le debe dar a la finca. “Muy bien, se lo entregamos, pero ¿qué van a hacer con el inmueble? Lo van a vender. Bien, pues aunque lo hagan, no puede destinarse a otro objetivo diferente al cultural, y eso ¿a qué los conduce? A nada”, explicó.
Añadió que en la negociación también se analiza y evalúa la disponibilidad de recursos por parte del Gobierno, para una posible adquisición de la Casa de La Ferrería, pero que todo dependerá de los acuerdos o desacuerdos con los propietarios.