Al mediodía el intenso sol cala, pero la fila no termina. ?Échame otro costal; abra bien la bolsa... sí, ahí, ahí?. El sonido del frijol raspando el costal se interrumpe sólo por segundos. ?La que sigue?, es el grito.
Con sudor y la respiración entrecortada, Felipe de la Torre Muro toma otra vez entre sus brazos el bulto, lo acomoda y deja caer su contenido en bolsas de plásticos, botes, cubetas, cajas de cartón, lo que hay a la mano.
?A mí se me hace que es una buena acción, porque la crisis está muy dura, y todavía se va a poner más difícil?, afirma la señora Verónica Mora Arjón, quien atravesó a pie el bulevar Francisco Villa para llegar al estacionamiento del edificio de la Sagarpa, desde el fraccionamiento San Marcos.
Pesa la bolsa y dice que recibió unos cinco kilos de frijol. Ella es una de las mil 500 personas que hasta ayer habían recibido frijol de la variedad media oreja, parecido al flor de mayo, de la cosecha pasada.
Antonio Córdoba Rodríguez, productor de frijol del ejido Felipe Carrillo Puerto, de Guadalupe Victoria, dijo que la intención era regalar 40 toneladas de frijol en protesta porque aún no hay un precio definido para el frijol de la próxima cosecha.
Agregó que en la mañana se había mandado una camioneta de tres toneladas a repartir frijol a los albergues, a las colonias y a la Cruz Roja. En total dijo que se tienen dos tráileres con 20 toneladas cada uno, estacionados afuera de las oficinas de la Sagarpa.
Desde la tarde del jueves comenzó la distribución de frijol, en protesta. Si no hay una respuesta sus demandas de que venga a Durango Mario Sosa Uribe, director general de Apoyos y Servicios para la Comercialización Agropecuaria, podría pasar del plantón a la toma de las oficinas, inclusive llevar a la Ciudad de México frijol para regalarlo, como le hicieron los meloneros.
En tanto avanza la fila, en la que también se formó personal, secretarias de la Sagarpa, en el estacionamiento está la carpa que levantaron los productores que participan en el plantón. Hay utensilios para hacer comida y un cazo con elotes que se van a poner a cocer.
Hay unos 30 campesinos de guardia, quienes responden que no está Carmelo Fernández Padilla, presidente de la Integradora Estatal de Productores Agropecuarios, ni Francisco Acosta Llanes, de la Unión de Pueblos Emiliano Zapata, que son los que encabezan el movimiento. ?Se fueron a entrevistar con el Gobernador?, dicen algunos de los presentes.
Hay 50 personas formadas, hasta estudiantes del Conalep y del Centro de Bachillerato Tecnológico Forestal, cercanos. Martha Alicia González Elizalde, del Fidel Velázquez, expresa que el movimiento es bueno porque se está apoyando a la gente. Algunas depositan una cooperación para el sostenimiento del mismo movimiento.
El ir y venir de las personas sigue. Algunas salen de los fraccionamientos y otras van con sus bolsas llenas, como la señora Verónica Mora Arjón, parte de una familia de 12 integrantes.