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San Diego, EU.- Millones de residentes de la zona limítrofe mexicana con Estados Unidos pagan los precios más altos de la gasolina en su país, a menos de cien días de que el presidente Vicente Fox decretó una medida de homologación para beneficiarlos. La gasolina superó ayer la marca de los dos dólares por galón (3.785 litros) en la ciudad de Chula Vista, California, que sirve como referencia para el precio del combustible en la ciudad de Tijuana, en el noroeste de México.
?La homologación redujo de forma considerable el precio de la gasolina cuando se decretó (en noviembre pasado), pero ahora es una medida contraproducente?, dijo el periodista Jaime Flores, conductor de la estación Radio Mexicana de Tijuana, captada aquí.
La gasolina de California, que impone el precio a la del estado mexicano de Baja California, ?aumenta a un ritmo de por lo menos dos centavos de dólar por galón diario?, informó la Unión de Consumidores de Servicios Públicos (UCAN), una organización civil de San Diego.
El aumento constante se debe a una combinación de circunstancias internacionales y locales, informó por su parte la Asociación de Automovilistas Estadounidenses (AAA).
La AAA destacó que el precio de la gasolina en California es el más alto en el territorio continental de EU, y sólo es superado por las tarifas en Hawai, que rebasa en dos centavos de dólar por galón a la californiana.
Para el tercer trimestre del año pasado, antes de la homologación, los residentes de la frontera mexicana adquirían en el sur de California gasolina al menos 30 por ciento más barata que en el lado mexicano.
La Secretaria de Hacienda de México detectó un constante contrabando ?hormiga? en la frontera, y autorizó a los inspectores aduanales a decomisar la gasolina que transportaran los residentes en contenedores.
En noviembre, el presidente mexicano Vicente Fox decretó la homologación para beneficiar a los mexicanos residentes en la frontera y terminar con el contrabando. Un mes después, sin embargo, las circunstancias políticas en Venezuela iniciaron la serie de acontecimientos por los que ahora los residentes de la frontera mexicana pagan los precios más altos de la gasolina en su país, equivalente a la más cara en Estados Unidos.