MÉXICO, DF.- Nada tan contradictorio como la situación que atraviesan los dos equipos que acapararon los reflectores antes de comenzar el torneo Apertura 2003 del futbol mexicano, el América y el Cruz Azul.
Mientras uno se debate en una guerra interna por cambiar y adecuarse a su nuevo entrenador, el otro cosecha con absoluta tranquilidad y es el líder general del campeonato que apenas comienza.
El equipo de Coapa hizo el par de contrataciones más notorias: Leo Beenhakker y Sebastián "Loco" Abreu. El Cruz Azul respondió con discreción al contratar a los dos Delgados, Marcelo y César, además del central Daniel Díaz.
Y mientras que el América lleva, contando los de la pretemporada, ocho partidos sin ganar, desde la llegada del técnico holandés, el Cruz Azul marcha de maravilla y sus contrataciones se han adaptado en un tiempo récord.
César Delgado, de hecho, es la contratación más rentable del torneo, pues además de convertir tres tantos, ha dado un pase para gol y su desequilibrio ha sido fundamental.
El América ha recibido casi el doble de tiros a su arco y cuatro veces más goles, lo que deja mal parada a su defensa.
Al frente es igual. Ambos envían casi el mismo número de centros al área, pero el Cruz Azul hace casi el doble de tiros al arco de sus rivales, lo que habla bien de su conjunto. Los americanistas han anotado en jugadas individuales y a balón parado.
Leo Beenhakker vive su guerra particular en Coapa imponiendo cambios y pidiendo calma, al tiempo que improvisa, cambia posiciones y advierte que tiene cosas que reclamar a sus jugadores.
Enrique Meza, técnico del Cruz Azul, disfruta de la paz que le dan los resultados, y se da el lujo de pedir a Francisco Palencia. Uno de sus jugadores lo justifica: "Si así andamos bien, imagínense con Paco".
Se comprometen las Águilas
El equipo América aprovechó el ligero trabajo que realizaron ayer y platicaron a fin de corregir el camino en el presente campeonato del futbol mexicano y se comprometieron a salir del bache en que se encuentran.
Los jugadores americanistas platicaron primero entre ellos por algunas horas y luego lo hicieron con el cuerpo técnico y la directiva, ante quienes reconocieron su culpa del mal paso del equipo que apenas suma un punto de nueve posibles.
Entrevistados a la salida de sus instalaciones, en Coapa, el defensa Alberto Macías comentó que la reunión entre ellos fue productiva pues aceptaron que se han cometido errores que han sembrado desconfianza, lo cual se manifestó ante Veracruz cuando con el 1-0 en contra el equipo comenzó a partirse.
Sin embargo, dijo que tienen bien arraigada la idea de que América debe salir a ganar desde la fecha cuatro, y ese es el compromiso que adoptaron ayer en su reunión y buscarán conseguirlo ante Tecos de la UAG, su siguiente rival.
A su vez, el delantero uruguayo Sergio Blanco reconoció que se equivocó en el segundo gol al no poder despejar el esférico, y dijo que "yo estoy para obedecer, si el técnico cree que soy útil como defensa jugaré donde me indiquen aunque me siento más cómodo en el frente".
El atacante Christian Patiño señaló que Águilas tiene con qué superar el mal momento por el que atraviesa, "es cosa de ocuparnos y no de preocuparnos, tengo mucha fe en que esto se revierta el domingo".
En tanto, el portero Alberto Becerra lamentó y ofreció disculpas a la afición americanista al señalar que no le salieron bien las cosas pero está satisfecho porque puso todo su empeño, "aquí somos un equipo y cada quien debe asumir su responsabilidad".
Dijo que lamentablemente los errores del equipo se reflejan casi siempre en la portería y espera que con carácter pueda superar esta situación, al tiempo de reconocer que este es el precio de jugar en América donde los errores y aciertos se magnifican.
Becerra señaló con optimismo que tarde o temprano llegará la revancha, "a la afición le pido paciencia y ofrezco disculpas, América es una familia y todos debemos jalar al mismo rumbo, estamos por buen camino para sacar adelante al equipo".
Finalmente, el otro guardameta, Adolfo Ríos, se mostró tranquilo y pidió respeto para su compañero Alberto Becerra, a quien le brinda todo su apoyo, al tiempo que demandó "no hacer leña del árbol caído".