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Ciudad del Vaticano.- Juan Pablo II exhortó ayer a los fieles a mirar a la muerte como un paso hacia la vida eterna y visitar los cementerios para rezar por los difuntos, en el día que la Iglesia celebra el Día de los Santos Difuntos.
En la misa dominical del Ángelus, el pontífice recordó que desde siempre la Iglesia ha llamado a rezar por los difuntos y ha invitado a los creyentes a mirar el misterio de la muerte no como la última palabra sobre la suerte humana, sino “como el paso a la vida eterna”.
Con voz débil, Juan Pablo II celebró el Ángelus desde la ventana de su estudio que da a la plaza de San Pedro. “Es importante y necesario rezar por los difuntos, porque incluso si murieron en la gracia y en la amistad con Dios, necesitan de una última purificación para entrar en la gloria del Cielo”, dijo el jerarca de la Iglesia Católica.
Agregó que “el sufragio por ellos se expresa de varias maneras, entre las cuales está la visita a los cementerios”.
Dijo que visitar “esos sitios sagrados representa una ocasión propicia para reflexionar sobre el sentido de la vida terrenal y para alimentar, al mismo tiempo, la esperanza en la eternidad beata del Paraíso”.
El Vaticano no especificó los motivos de ello, que podrían estar relacionados con sus dificultades para desplazarse debido a su deteriorado estado de salud.
Desde hace algún tiempo el pontífice usa un trono con ruedas para moverse, debido a su imposibilidad de caminar causada por el mal de Parkinson.