El Siglo-AEE
México, DF.- El sector público presupuestario volvió mostrar un perfil de dependencia del petróleo debido a que los ingresos por crudo cobraron mayor importancia dentro de la estructura de ese sector al advertirse que la captación gubernamental aumentó 26 por ciento anual, equivalente a un monto por 202 mil 287 millones de pesos, durante los primeros cinco meses de 2003.
La fase de estancamiento que caracteriza al escenario económico mundial ha generado beneficios para la mezcla mexicana, la cual alcanzó una cotización de 25.30 dólares por barril al cierre de la semana pasada.
En Asia, Europa y América la mezcla petrolera de exportación de México arrojó ganancias en un promedio de 6.97 por ciento anual, para ubicarse en 30 dólares por barril.
En un estudio del área de Análisis económico de una agencia de noticias internacionales basado en información de la Secretaría de Energía, de Hacienda y Crédito Público y del Center for International and Strategic Studies, se señala que en la composición de ingresos del sector público, el petróleo contribuyó con el 30.2 por ciento entre enero y mayo de 2003, después de que en igual periodo del año pasado se ubicara en 27.9 por ciento dentro del total.
En este contexto, el sector petrolero también trascendió de manera positiva sobre el comercio exterior, ya que las exportaciones de crudo se elevaron 8.2 por ciento anual durante mayo pasado, con un monto por mil 399 millones de dólares en tan sólo un mes.
En la estructura de exportaciones de crudo mexicano, a América se le destinaron 11 millones 478 mil barriles, y en un segundo sitio se ubica Europa, con un millón 503 mil barriles, seguida de la región oriente, a la cual se le enviaron 232 mil barriles. En total se exportó hidrocarburo por 13 millones 213 mil barriles hasta mayo del presente año.
México ha enfrentado un escenario petrolero positivo que favorece en gran medida a la empresa Petróleos Mexicanos y por lo tanto a la situación de las finanzas públicas.
Sin embargo, la reciente alza en el precio del crudo como resultado de que culminó en su valor más alto de dos semanas en el mercado de futuros del New York Mercantile Exchange (Nymex) estimulado por compras especulativas con preocupación por los problemas laborales en Nigeria —uno de los principales exportadores africanos del hidrocarburo— limitarían la importación de energéticos desde ese país a occidente.
Las empresas petroleras reportaron ganancias elevadas que incluso llegaron a 46 por ciento anual, pero estas compañías enfrentan la perspectiva de un retorno a precios bajos en el mediano plazo, propiciado en parte por la debilidad de la economía mundial.
El precio de la mezcla mexicana de petróleo de exportación en el periodo abril-junio de 2002 se ubicó en 22.46 dólares por barril, es decir, 5.46 dólares mayor que el correspondiente al primer trimestre.
Esta estabilidad en la cotización del crudo mexicano permite anticipar que habrá menores presiones sobre las finanzas públicas, y por lo tanto podrían evitarse nuevos recortes en el gasto público en lo que resta del año.
En junio el precio cerró en 22.61 dólares, ligeramente por arriba de lo observado al término de marzo. Durante el segundo trimestre, el diferencial entre el precio de la mezcla mexicana y el del crudo West Texas Intermediate (WTI) osciló entre 3.30 y 5.30 dólares por barril, y alcanzó su mayor amplitud a mediados de mayo, coincidiendo en el nivel más alto del WTI.
Es importante mencionar que el precio del petróleo experimentó diversas fluctuaciones en el segundo trimestre del año, cuando la cotización promedio del WTI fue de 26.29 dólares por barril, esto es, 4.83 dólares mayor que el del primer trimestre de 2002.
Como factores que contribuyeron al comportamiento del precio del petróleo estuvieron la señales de repunte económico en Estados Unidos y un ligero aumento de la demanda mundial de energéticos.
También es importante destacar que la expectativa de que la OPEP no ampliaría la oferta para el segundo semestre del año contribuyó a que el precio del crudo permaneciera en un nivel elevado, ya que en la reunión de finales de junio de este organismo internacional se decidió no aumentar la producción.
Es así que la OPEP no cambió sus cuotas de producción debido al comportamiento alcista de los precios, a pesar de que el balance oferta-demanda apuntaría a excedentes importantes, y dichas cuotas se quedaron en 25.4 millones de barriles diarios.