14 julio 2003
La Habana, (EFE).- Las condenas impuestas a 75 disidentes en los últimos meses han situado a Cuba a la cabeza de los países con mayor número de presos de conciencia del mundo, según el último informe de la opositora Comisión cubana de Derechos Humanos.
La lista de presos de conciencia se ha incrementado en Cuba en 93 personas en el primer semestre de 2003, según Elizardo Sánchez, líder de la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), que basa sus conclusiones en datos manejados por Amnistía Internacional.
Este espectacular aumento se debe a los 75 disidentes, periodistas independientes y activistas de derechos humanos condenados en marzo y abril a penas de hasta 28 años de cárcel, tras juicios sumarísimos en los que fueron acusados de "conspirar" con Estados Unidos y "atentar" contra la independencia del Estado.
No obstante, la CCDHRN advierte que "entre 30 y 50 presos políticos más reúnen las condiciones para ser adoptados como prisioneros de conciencia". El documento, divulgado anoche en La Habana, denuncia un "inquietante incremento de la represión política" en la primera mitad de 2003 y apunta negros pronósticos para el futuro inmediato.
"A menos de que ocurra un milagro, la situación general del país continuará empeorando en materia de derechos humanos y también en todo lo relacionado con la economía nacional", afirma. Además, vaticina "más pobreza" y un "altísimo y creciente nivel de endeudamiento externo" para la isla.
La CCDHRN pide al Gobierno de Fidel Castro que sustituya el "ineficaz, represivo y ruinoso modelo totalitario" por un "Estado democrático de derechos, basado en una economía social de mercado".
De acuerdo con el informe, el año empezó en Cuba con una campaña de "represión social" contra el tráfico de drogas y otras actividades ilícitas, que afectó a miles de ciudadanos "que trataban de obtener ingresos indispensables para su supervivencia mediante iniciativas en el comercio informal".
Sánchez explicó que la Comisión estima que esta campaña dejó un saldo de cientos de detenidos, aunque no existen cifras concretas sobre este capítulo. A continuación, prosigue el documento, se desató la "más intensa ola de represión política" de las dos últimas décadas, con las condenas para 75 disidentes.
Los opositores encarcelados, según la Comisión, se encuentran en "condiciones infrahumanas, sometidos a plagas de toda clase de insectos y ratas, el agua que beben está peligrosamente contaminada", y con poca alimentación e "insuficiente" atención médica.
Los condenados sufren también un "castigo extrajudicial", ya que la mayoría están en prisiones alejadas de sus domicilios y confinados en celdas de máximo castigo o aislamiento.
Tras más de cien días de prisión, su salud "se ha quebrantado sensiblemente", afirma el documento, que subraya que al menos una docena de este grupo de prisioneros supera los sesenta años de edad y que varios de ellos padecen enfermedades crónicas que agravan su situación.
La Comisión denuncia también la reanudación de los fusilamientos en la isla, con la ejecución, el pasado 11 de abril, de tres secuestradores de una lancha de pasajeros tras un juicio sumarísimo.
Estas ejecuciones y la represión contra los disidentes desencadenaron una lluvia de críticas internacionales y provocaron una grave condena de la Unión Europea que, en junio, aprobó un paquete de sanciones políticas contra el Gobierno de Castro.
Los Quince decidieron, entre otras medidas, invitar a disidentes a sus embajadas con motivo de las fiestas nacionales, rebajar el nivel de las visitas institucionales y recortar la cooperación cultural.
Pese a que el Gobierno cubano advirtió de que hará caer todo el peso de la ley sobre los disidentes que acudan a sedes diplomáticas europeas, varios de ellos -incluido Elizardo Sánchez- han confirmado su asistencia a la recepción organizada para hoy en la embajada francesa con motivo de la fiesta nacional del 14 de julio.