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NAYAF, Iraq.- El gobernador provincial pidió ayer al FBI que ayude a investigar un atentado contra el santuario shiita más sagrado de Iraq, en tanto la policía dijo que el artefacto que causó la muerte de 125 personas, entre ellas un líder religioso, equivalía a 750 kilogramos de TNT.
Mientras tanto, funcionarios estadounidenses e iraquíes dijeron que estaban discutiendo la posibilidad de crear una fuerza paramilitar iraquí que contribuya a estabilizar la seguridad en Iraq, publicó ayer el diario The New York Times.
Los funcionarios dijeron que tal fuerza podría estar formada por miles de iraquíes que ya han sido evaluados por los partidos políticos de Iraq para ver si tienen antecedentes de alguna afiliación con el gobierno de Saddam Hussein, publicó el Times.
Según el diario, algunos funcionarios iraquíes dijeron que la milicia podría tomar el control de ciudades de Iraq de las fuerzas estadounidenses, y que una fuerza de varios miles de hombres, en su mayoría con experiencia militar, podrían estar listos en un poco más de un mes.
Algunos funcionarios estadounidenses reconocieron que se estaban adelantando las discusiones, pero que les preocupaba que surgieran bandas de hombres armados sin entrenamiento y sin control bajo comandos separados que patrullen a Iraq, informó el diario.
Además, aún hay cuestiones sin resolver en cuanto a si las fuerzas serían comandadas por estadounidenses o iraquíes.
El ataque del viernes hizo que varios líderes políticos iraquíes dijeran que han perdido la confianza en la capacidad de las fuerzas estadounidenses para proteger a los líderes y a los lugares sagrados, indicó el diario neoyorquino.
Sin embargo, continúan los temores entre funcionarios estadounidenses de que varias facciones que formarían los grupos paramilitares terminarían atacándose entre sí, informó el Times.
Más de 300,000 dolientes indignados emprendieron ayer una peregrinación fúnebre en memoria del ayatola, un clérigo moderado, opositor a Saddam Hussein, muerto durante el atentado dinamitero en la ciudad de Nayaf. “Nuestra venganza contra los asesinos será severa”, decía uno de los carteles portado por los dolientes.
Un período de tres días de duelo comenzó en las primeras horas de ayer, con servicios religiosos en el santuario shiita de al-Kadhimiya, en Bagdad.
La procesión durará al menos dos días. Los dolientes caminarán más de 180 kilómetros entre Bagdad y Nayaf. El funeral está programado para mañana en Nayaf.
Los fieles seguían a un camión que transportaba el ataúd simbólico de al-Hakim. Las autoridades dijeron que sólo pudieron encontrar la mano de al-Hakim, su reloj y su bolígrafo.
El féretro fue cubierto con rosas rojas y blancas. Un gran retrato de al-Hakim fue colocado enfrente.
A mitad de camino, en Karbala, la segunda ciudad más sagrada de los shiitas iraquíes, 3,000 personas se congregaron en la mezquita de la zona para orar, mientras golpeaban tambores y se autoflagelaban.
En Nayaf, el mayor Rick Hall, vocero del Primer Batallón de la Séptima División de Infantes de Marina, dijo que la cifra de muertos por el atentado es ahora de 125. Otras 142 personas resultaron heridas, algunas de gravedad, añadió. Indicó que a raíz del ataque terrorista, la decisión de la infantería de marina de entregar el territorio a una fuerza internacional encabezada por soldados polacos ha sido pospuesta de manera indefinida.
“Ahora queremos estar aquí y ayudar en todo lo posible”, dijo Hall.
Indicó que las fuerzas estadounidenses tenían en su poder a cinco personas que habían sido entregados por las autoridades iraquíes.
“Los estamos interrogando, pero nos inclinamos a ponerlos en libertad”, dijo Hall. Añadió que la presunta participación de miembros de la red terrorista al-Qaeda en la explosión del viernes era “una posibilidad que estamos analizando”.
Hall negó versiones de que los infantes de marina comenzarán a patrullar la mezquita Iman Ali, donde ocurrió el atentado, indicando que los musulmanes no quieren tener a fuerzas de otra religión vigilando sus sitios sagrados.