México, DF.- El principal reto de la política en 2004 será crear las condiciones necesarias para una recuperación significativa del crecimiento económico y del empleo formal, aseguró la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Sin embargo, para que se cumpla con esa meta es necesario continuar impulsando una agenda de reformas estructurales y consolidar la estabilidad macroeconómica, precisó la dependencia.
En el informe correspondiente a la semana del tres al nueve de este mes, la SHCP señaló que en el paquete económico para el siguiente año que presentó al Congreso se estableció que la prudencia y disciplina en el manejo de las finanzas públicas incentivarán y darán certidumbre a las decisiones de inversión de los agentes privados. Ello, agregó, debido a que dichas acciones contribuirán al abatimiento inflacionario, reducirán las presiones en los mercados financieros internos, evitarán que se eleve el costo del dinero y facilitarán las proyecciones de rentabilidad de las inversiones.
La reasignación del gasto público privilegiará la puesta en marcha de diversos proyectos productivos que por su naturaleza tienen un fuerte impacto en la contratación de trabajadores.
La dependencia responsable de la política fiscal del país refrendó el compromiso de reducir gradualmente el déficit público para alcanzar en 2004 una meta de 0.3 por ciento del PIB. No obstante, reconoció que los recursos de naturaleza no recurrente y petroleros continuarán jugando un papel importante en el financiamiento del gasto público.
Señaló que la disciplina de las políticas fiscal y monetaria y su adecuada coordinación, permitió abatir los niveles inflacionarios, seguir reduciendo las tasas de interés y mantener el poder adquisitivo de los salarios que, junto con la expansión del crédito bancario y no bancario, influyó favorablemente sobre el crecimiento del consumo de las familias.
Refirió que el crecimiento estimado del PIB en términos reales para 2003 es de 1.5 por ciento, menor a lo planteado cuando se elaboró el Programa Económico para el año.
Lo anterior, como resultado del efecto negativo que tuvo la ausencia de dinamismo de la producción manufacturera estadounidense y la reducción de la participación de las exportaciones mexicanas en las importaciones de los Estados Unidos.
En ese contexto, previó que en el mediano plazo habrá presiones sobre el gasto y los ingresos públicos. Por el lado de los ingresos estima una reducción en los ingresos petroleros y no recurrentes con respecto a los elevados niveles observados en 2003.
En cuanto al gasto público, calculó que el incremento que registrarán en los próximos años los rubros de Pensiones en curso de pago, Pidiregas y por el crecimiento del gasto en servicios personales, también ejercerán presión.
Lo anterior significa que las finanzas públicas enfrentarán en los próximos años una presión respecto a 2003 de entre 1.5 por ciento y dos por ciento del PIB.
Además, las presiones resultan aún mayores si se considera que el Gobierno Federal debe hacer frente a necesidades de gasto social prioritarias como el gasto destinado a remediar los rezagos en materia de salud contenidos en la nueva Ley General de Salud, en particular aquellos recursos públicos destinados al Seguro Popular de Salud.
Asimismo, los recursos a canalizarse a través del programa Oportunidades ya que se requieren montos crecientes para alcanzar el objetivo de gasto de ocho por ciento del PIB en este rubro para 2006, de acuerdo a lo establecido por el Congreso de la Unión.
Se requiere hacer frente a una serie de rezagos acumulados en materia de infraestructura, por lo que advierte que en caso de que no lleve concrete una reforma fiscal que incremente la disponibilidad de recursos públicos la autoridad se enfrentará a la disyuntiva de aplicar una mayor reducción en el gasto o incurrir en un mayor endeudamiento público.