Diez años de sequía golpean al norte del País
Acuíferos más importantes en la República Mexicana.- VER MAPAComarca Lagunera.- Diferentes voces advierten la magnitud del problema: existe una peligrosa disminución en los acuíferos en el país como resultado del crecimiento demográfico, expansión industrial y la escasa o nula cultura de cuidado y uso racional del agua.
Cifras de la Comisión Nacional del Agua (CNA) revelan que 97 de los 670 acuíferos de México están sobreexplotados. El problema parecería no tan grave de no ser que el 50 por ciento del agua subterránea que se extrae en el territorio nacional proviene de esos 97 mantos que se agotan y contaminan.
La Comisión para América Latina y el Caribe (CEPAL) define el panorama que presenta México como de “estrés hídrico”. La proyección de un futuro caótico planteada en novelas de ficción donde se pronosticaba el día donde el agua sería considerada “oro blanco”, ya llegó.
El 2003 fue nombrado por la Organización de las Naciones Unidas como el Año Internacional del Agua Dulce. El químico, Rodrigo Martínez Rangel, coordinador del Organismo en Defensa del Medio Ambiente, advierte sin embargo que ante la magnitud del problema, es imposible resolverlo de un plumazo ya que aunado a la escasez de agua hay que considerar el tema de la mala calidad de la misma.
En la última década ha llovido muy poco en el norte del país, los estados viven una sequía que ha puesto contra las cuerdas al sector agropecuario. Mientras que los sacerdotes piden a Dios lluvias para aliviar la situación, el grueso de la población en las manchas urbanas sigue desperdiciando el agua sin medir las consecuencias de sus acciones.
Como muestra, un botón
Paradójicamente La Laguna no tiene agua. En la región de la Comarca existen cuando menos siete acuíferos reconocidos, el más importante es el de La Burbuja, ubicado en Ciudad Juárez, Durango. Es aquí donde se encuentra el agua de más calidad, la más pura y que tiene menos minerales tóxicos.
“Todos los acuíferos de la Comarca Lagunera están señalados en rojo en el mapa de la Comisión Nacional del Agua como zona de veda”, afirma Rodrigo Martínez Rangel.
El investigador del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Relación Agua, Suelo, Planta y Atmósfera (Cenid-Raspa), Rodolfo Jasso, comenta que en la cuenca entera de los ríos Nazas y Aguanaval, lo que se conoce como la región hidrológica 36, en su parte alta hace mucho tiempo que dejó de llover. Esta región forma parte de la Gerencia Regional Cuencas Centrales del Norte y es la encargada de abastecer en un 80 por ciento del consumo de agua que existe en la parte baja, donde hay un área conurbada del distrito de riego, convirtiéndose en la zona de mayor sensibilidad.
Para la mayoría de la población la sequía comenzó una década atrás cuando se registró la última corrida de agua en el cauce del río Nazas, donde hoy se encuentran canchas deportivas.
“Las sequías no ocurren así de repente”, comenta Rodolfo Jasso, “lo que tienen en común los eventos de sequías grandes que se han observado en la cuenca alta es que las antecede un período húmedo y nosotros aquí lo observamos en esta última sequía entre 1967 y 1990, más o menos, ha sido un ciclo anormalmente húmedo. O sea, más que la media histórica. Y luego viene el ciclo de sequía en el que podemos decir, contabilizamos 12, 13 años, los que se quiera decir. Comparado con los anteriores, tiene dos diferencias: la primera, es que los ciclos anteriores tenían una duración de 20 a 25 años y las desviaciones con respecto a la media eran mayores de las que hemos observado ahora. Entonces esta sequía no es tan intensa ni tan prolongada como las que ya se observaron”.
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Más extracción que recarga
Rodolfo Jasso comenta que al haber pocas precipitaciones pluviales, la recarga de los mantos es menor. Otro factor es que la cantidad del agua que viene por el río ahora es menor que la que baja cuando hay una gran superficie, “entonces, el tiempo de tránsito del agua sobre el río, más el tirante hidráulico, son dos factores que favorecen la infiltración o la recarga del acuífero. Estamos en un tiempo de sequía, esos dos factores se han ido reduciendo”.
Por lo tanto la recarga al acuífero esperada o estimada en los últimos diez años también debe ser inferior a una media histórica.
La Comarca Lagunera ha desarrollado una importante industria lechera, sin embargo el desarrollo económico ha sido demasiado costoso.Ya que para alimentar a las vacas ha aumentado considerablemente la producción de alfalfa. Cultivo que para su crecimiento gasta una gran cantidad de agua.
“Lo que ha pasado en los últimos años, al menos en los últimos siete años, en la superficie de alfalfa que es el cultivo que más agua utiliza del subsuelo, es que se ha incrementado de 30 mil hectáreas a 38, entonces lejos de reducir el consumo éste se incrementó”.
Además de los cultivos de alfalfa se tienen 28 mil hectáreas destinadas a maíz y sorgo forrajero, también altos consumidores de agua. Aunado a esta actividad, se encuentra la expansión industrial y demográfica, “en todos los rubros le estamos metiendo más presión al acuífero”.
Rodolfo Jasso afirma que la CNA reconoce que la extracción es muy superior a la recarga estimada, que es de 500 millones de metros cúbicos anuales, esto considerando el tiempo de tránsito, la precipitación.
-¿Podemos decir entonces que en los mantos freáticos de la Región Lagunera hay una sobreexplotación?
“No. La definición de sobreexplotación que propone la CNA es que sí se extrae, más bien la diferencia entre lo que se extrae y lo que se recarga es superior a un diez por ciento, entonces se considera sobreexplotada. O sea, hay un margen de tolerancia del diez por ciento para considerarla sobre equilibrio.
-¿En este momento la extracción es menor a ese diez por ciento?
“Bueno, si consideramos lo que plantea la CNA, de que se recarguen 500 millones de metros cúbicos históricamente y la extracción es de más de 900 millones de metros cúbicos, entonces estamos hablando de un 90 y tantos por ciento de sobreexplotación. Comparado con un diez por ciento, entonces estamos en números rojos. Es algo así como cuando manejamos una cuenta de ahorro y mensualmente depositamos mil pesos, pero mensualmente extraemos dos mil pesos. A largo plazo eso se pone en números rojos. Es lo mismo”. Para el ambientalista, Rodrigo Martínez, falta una mayor cultura en los empresarios para promover el desarrollo sustentable, es decir, generar empleos y riqueza sin afectar el medio ambiente. Por muchos años el argumento contra los ambientalistas fue el de: “nosotros movemos la economía de la región”.
“Deben darse cuenta de que si no hay agua no tienen leche. Porque sin agua no hay vegetación y sin vegetación no hay animales. Entonces, el agua es lo que debemos proteger primero. Primero la extracción y segundo la contaminación. ¿Por qué? Hablo también de la empresa metal-mecánica. Pero también en el campo existe mucho pesticida todavía que tiene años y no va poder ser posible que se desintegre la molécula del insecticida, porque son moléculas muy complejas. Muchas de ellas, muchos insecticidas, ya no existen en el suelo, pero sí están en el subsuelo. O sea, ya bajaron unos cuantos centímetros al suelo. Con las filtraciones del agua y todo eso de las lluvias, es posible que estemos contaminando hasta los mantos freáticos”.
Los datos proporcionados por la CNA, muestran que en los últimos diez años se han tenido significativas variantes y desgraciadamente todas son a la baja en las precipitaciones por lo que se han tenido que modificar los patrones en muchas de las zonas tradicionalmente agrícolas y ganaderas, ya que día a día son más los ríos, lagos, lagunas y presas, que ven mermados sus caudales y almacenamientos, lo que trae como consecuencia que en las zonas geográficas donde se tienen aprovechamientos subterráneos del agua, las reservas se vean mermadas y contaminadas por sales, metales y minerales, como es el caso de la Comarca Lagunera, en donde se tienen siete acuíferos identificados y de ellos solamente el principal no se encuentra contaminado, pero sí sobreexplotado, a grado tal que hay zonas en donde las perforaciones para aprovechamiento del manto freático se hacen hasta a 400 y 500 metros de profundidad.
La contaminación
El panorama para los próximos años no es muy halagador. El ambientalista, Rodrigo Martínez, comenta que en la Comarca Lagunera la extracción de algunos pozos es ya hasta de 400 metros de profundidad, por lo que es muy posible que el agua tenga arsénico.
“Estamos nosotros cayendo en una situación de enorme riesgo para la población. Independientemente que al norte de nuestra ciudad de Torreón existen acuíferos ya contaminados naturalmente por el arsénico como ya se demostró desde los años setenta y ochenta por parte del químico Gumaro Valdés, con los estudios de hidroarsenicismo que se hicieron en la Facultad de Medicina. Estamos sin agua y la que hay es de mala calidad”.
El investigador, Rodolfo Jasso, recuerda que hace diez años las cumplían con las normas de calidad para su consumo. En la actualidad en muchos lugares ya no.
“Los niveles de arsénico ya rebasaron los límites permisibles y eso que los límites permitidos en nuestro país son muy amplios comparados con los de la EPA (Agencia de Protección al Ambiente) de Estados Unidos, que allá los manejan a 0.05 datos por millón. Tenemos un rango diez veces superior, quiere decir que nosotros nos consideramos diez veces más inmunes al hidroarsenicismo”.
“Soy originario de Matamoros, ahí se cambió el sistema de abastecimiento de agua. Mandaron ahora agua de unas calizas que se encuentran en el Cerro de las Noas, de un acueducto, porque de los cinco pozos que abastecían ahí, muy frecuentemente tres de los cinco pozos, rebasaban las 50 partes por millón de arsénico”.
Por su parte, Rodrigo Martínez afirma que La Laguna está en una zona de alto riesgo.
“Un ejemplo es la industria metal-mecánica que existe aquí en Torreón, no dudo que esté contaminando los mantos freáticos. No se han hecho estudios serios evidentemente extensos para asegurar que la calidad del agua está bien, por ejemplo, en cuanto a contaminación por metales pesados. Nosotros ya vemos que aquí en Torreón el arsénico, en el área urbana, ha rebasado el criterio internacional de la Organización Mundial de la Salud. Son diez partes por millón de arsénico, ya lo estamos rebasando casi en todos los pozos. Únicamente unos cuantos pozos se escapan de esto. Ahorita ya andamos en 25, en 28, en 30 y tantos en algunos pozos de arsénico. Desarrollo sostenible no te habla de cerrar plantas, no te habla de cerrar industrias, no te habla de eso”.
Ante este panorama el futuro no es nada halagador, Rodolfo Jasso dice que la arrogancia de la sociedad se manifiesta en efecto de que “pensamos en nosotros, en nuestro tiempo y no pensamos en el tiempo del futuro, ni en la generación del futuro a pesar de que eso signifique de que son nuestros hijos, nuestros nietos, nuestra descendencia. Entonces es tanta la arrogancia que ni siquiera en ellos estamos pensando”.
Esta cultura impide el desarrollo sustentable del país. Para los ambientalistas un primer paso y tal vez el más importante es entender la problemática del asunto porque el día que falte totalmente el agua simplemente no existirá nada.
Panorama nacional
Las cuencas subterráneas que se tienen a nivel nacional, se recargan con los escurrimientos superficiales constituidos por el 27 por ciento del agua que se precipita anualmente y que sirve para alimentar a 320 cuencas que se tienen debidamente identificadas.
Lo mismo que las precipitaciones, los escurrimientos de los ríos se distribuyen en forma irregular en el territorio nacional, por lo que se tienen zonas de escasez muy marcada y otras de gran abundancia.
El 50 por ciento del escurrimiento en ríos, se genera en el sureste de México, que es solamente el 20 por ciento del territorio nacional y en contraparte, el norte del país, que lo integra un 30 por ciento de la superficie territorial, tiene un escurrimiento de apenas el cuatro por ciento y es así que los mayores escurrimientos se tienen en la zona sureste y en las zonas costeras del centro en el Pacífico y en el Golfo de México, destacando los ríos Grijalva, Usumacinta, Balsas, Santiago, Papaloapan y Pánuco.
Independientemente de la capacidad de almacenamiento de agua que se tiene en lagos y lagunas, que equivale a 14 mil millones de metros cúbicos, se cuenta a nivel nacional con infraestructura en presas y otros vasos para almacenar unos 150 mil millones de metros cúbicos, o sea el 33 por ciento del escurrimiento medio anual.
Las escasas precipitaciones que se han tenido en los últimos once años, han propiciado que la mayor parte de las presas en todo el territorio nacional se encuentren con niveles bajos, salvo las que se encuentran en el sureste del país y algunas que se han empezado a recuperar merced a las precipitaciones pluviales que se han tenido en los últimos días.
De acuerdo a datos proporcionados por la Comisión Nacional del Agua, se sabe que el 95 por ciento del almacenamiento total de agua se concentra en 59 presas distribuidas en todo el territorio nacional y que tienen capacidad superior a los cien millones de metros cúbicos.
Del volumen almacenado, el 42 por ciento se destina a la agricultura, el 39 por ciento a la generación de energía eléctrica, un nueve por ciento al suministro de agua potable y se tiene un diez por ciento como capacidad de azolve en las presas.
Estudios desarrollados por expertos de la Comisión Nacional del Agua, indican que la lluvia que se infiltra al subsuelo, además de las recargas mediante ríos y presas, permiten estimar que cada año llegan a las reservas de agua del subsuelo unos 45 mil millones de metros cúbicos de agua en todo el territorio nacional, aunque el 79 por ciento de la recarga natural se realiza en el sureste.
Esos mismos investigadores indican que podría haber almacenado en el subsuelo, un billón de metros cúbicos de agua, susceptible de ser aprovechada una sola vez.
Los investigadores indican que especialmente en la zona norte del país, la sobreexplotación de los mantos freáticos es un problema que se ha generalizado en los últimos treinta años, afectando a las zonas áridas y semiáridas, en donde se han causado perjuicios prácticamente irreversibles como es la contaminación salina de los mantos, intrusión de minerales en las reservas de líquido, hundimientos del terreno y perforaciones a profundidades tales que la explotación del agua del subsuelo, especialmente para la agricultura, se hace incosteable.
Se tienen identificados 425 acuíferos subterráneos y de ellos, al menos ochenta se encuentran con problemas de sobreexplotación y contaminación, destacando en esa problemática la zona norte del país y en especial la Comarca Lagunera.
Para frenar la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos y los problemas que se tienen por ese motivo, se han establecido vedas en una superficie superior al millón de kilómetros cuadrados, equivalente al 51 por ciento del territorio nacional; entre las zonas de veda se encuentra la Comarca Lagunera, en donde ya no se permiten nuevas perforaciones de norias para ningún uso, solamente se admiten las reposiciones y eso apegadas a un estricto control para evitar que los dueños de pozos extinguidos trasladen sus derechos a áreas como el acuífero principal, en donde las reservas de agua son las más importantes por su pureza y abundancia.
Lluvias
De acuerdo a la Comisión Nacional del Agua a nivel nacional se tiene una precipitación promedio de 777 milímetros, que equivale a un volumen de mil 530 kilómetros cúbicos.
* Por la orografía y las características propias de las latitudes del territorio nacional, la distribución de las precipitaciones es muy irregular.
* En el 42 por ciento del territorio nacional, principalmente en el norte, las precipitaciones pluviales son inferiores a los 500 milímetros al año; en el caso de la Comarca Lagunera apenas llegan a los 250 milímetros cuando se tiene una precipitación media regular, aunque ha habido años en los que no se llega a los 200 milímetros en todo el año.
* Hay otras zonas más extremosas como las cercanas al río Colorado, en donde las precipitaciones medias anuales apenas llegan a los 50 milímetros. * Un contraste muy marcado se tiene en la región sureste del país, que comprende apenas el siete por ciento del territorio nacional y en donde se tienen zonas con precipitaciones medias anuales por el orden de los dos mil milímetros y como ejemplo de lo anterior se tienen las sierras Zongolica en Veracruz y el Soconusco en Chiapas, donde las precipitaciones medias anuales son por el orden de los cinco mil milímetros.
FUENTE:
Comisión Nacional del Agua
Cuencas
* Los depósitos subterráneos que existen a nivel nacional, se recargan con los escurrimientos superficiales.
* Los escurrimientos se forman por el 27 por ciento del agua que se precipita al año.
* Sirven para alimentar 320 cuencas identificadas.
* Lo mismo que las precipitaciones, los escurrimientos de los ríos se distribuyen en forma irregular en el territorio nacional, por lo que se tienen zonas de escasez muy marcada y otras de gran abundancia.
