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LISBOA, PORTUGAL.- Organizaciones no gubernamentales alertaron ayer en Liberia de una crisis humanitaria por los constantes combates de tropas gubernamentales y rebeldes, mientras Estados Unidos enviará más soldados a su embajada en Monrovia.
Las agencias de las Naciones Unidas han retirado su personal de Monrovia ante los ataques de los rebeldes contra las tropas leales al presidente Charles Taylor en Monrovia, donde más de un millón de personas se encuentran sitiadas, sin agua potable, luz ni alimentos.
Un vocero de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) que opera los dos hospitales aún en funcionamiento, dijo que es imposible atender a los heridos y refugiados que llegan al centro de la capital liberiana, huyendo de los suburbios ocupados por los rebeldes.
Según Alain Kassa, más de 80 civiles gravemente heridos en las últimas 24 horas han ingresado a uno de los hospitales, pero la intensificación de los bombardeos hacen prácticamente imposible la recogida y transporte de las víctimas.
La organización humanitaria Oxfam, por su parte, suspendió el suministro de agua potable a decenas de miles de refugiados, por lo que el rápido deterioro de las condiciones de higiene hace temer la aparición de brotes epidémicos. Según la organización MSF, más de 700 casos de cólera se han reportado en Monrovia en las últimas dos semanas como consecuencia de los desplazamientos de la población provocados por los combates.
La indisciplina y desorganización de las fuerzas rebeldes, constituidas por milicias étnicas y mercenarios de varios países, es uno de los problemas que enfrentan los negociadores reunidos en Accra, Ghana, para buscar una solución a la crisis liberiana.
Pero tampoco es muy seguro el control que el presidente Taylor ejerce sobre sus propias tropas, que amenazaron con impedirle dejar Monrovia si no les paga antes sus salarios y no garantiza la seguridad de los militares y funcionarios gubernamentales.