Cada año, el Presidente de la República envía los Criterios Generales de Política Económica al Congreso de la Unión para su aprobación. En dichos criterios se precisan las acciones e instrumentos de política económica que el Gobierno considera aplicar durante el año en cuestión; asimismo, se establecen objetivos y metas cuantitativas que se pretenden alcanzar.
Las más de las veces los criterios de política económica son por demás alentadores en el momento que se presentan, y al enviarlos al Congreso para su aprobación se entiende que la implementación de programas, proyectos, acciones ahí planteados se llevarán a cabo durante el año. Pero no es así, ya que, por lo menos en esta ocasión para 2003, dentro de los criterios se encuentran la Ley en turno de ingresos y egresos de la Federación y paralelamente o más bien implícitamente están planteadas las reformas estructurales que aún no se aprueban y cuya aplicación de acciones en su caso, obviamente lograrían los objetivos planteados originalmente en dicho documento.
En este sentido los objetivos centrales de política económica para 2003, son ?aumentar el vigor de la recuperación de la producción y el empleo, y ampliar las oportunidades de desarrollo para los grupos sociales marginados?. Por lo menos en recuperación de la producción vamos mejor que el año pasado aunque no con la fuerza que se esperaba; el desempleo, como se sabe es un grave problema nacional, y la cada vez más grande incorporación de muchachos a la población económicamente activa (pero desempleada), es algo grande que debe de preocupar a todos; y bueno que se puede decir del desarrollo de los grupos marginados: la pobreza ahí está y sigue avanzando.
En fin, lo que se está viendo es que los objetivos de los criterios de política económica por lo menos hasta la fecha no se están logrando de manera satisfactoria, y ya estamos a finales de agosto. Si viera usted el documento en donde se explican estos criterios, sinceramente al parecer personal no ?peca? de populismo y sí de mucha sobriedad y objetividad para el bien del país. Se establecen de manera muy clara las reglas del juego y lo que se busca: simplemente desarrollo, progreso, bienestar, crecimiento, avance, ataque contundente a la pobreza, etcétera. Y en mucho una muy buena parte para los logros el documento de estos criterios los condiciona a la aprobación o avance para su instrumentación de las reformas estructurales, principalmente la fiscal, hacendaria, eléctrica, laboral, iniciativa para la reactivación del crédito, entre otras iniciativas importantes.
¿A qué se debe entonces que hay una diferencia, o una contra, o un conflicto, o cómo se podría decir un ?versus? entre los criterios de política económica del gobierno federal, y los criterios de la ?política - política? representada por los legisladores del Honorable Congreso de la Unión? La respuesta no es fácil pero a mi humilde parecer esas ?contras? al final del camino van contra (perdón la redundancia) de México y no contra el Presidente; entonces, los nuevos legisladores deben de hacer todo y gala para que les quede bien esa famosa palabra que siempre institucionalmente se le antepone al Congreso: ?Honorable?.
Si bien como dicen este año, la otrora Legislatura aprobó más de 200 iniciativas de ley, pero las contundentes, las que incluso marcarían paradigmas, las que le darían la vuelta al ?desinflado? mercado interno del país, ahí están todavía en espera.
Al parecer esta nueva legislatura que inicia funciones el próximo primero de septiembre, por lo que han dicho tanto los líderes parlamentarios, como los propios líderes de los partidos políticos de oposición, han manifestado y por ende dejado entre ver que están en la ?mejor disposición? de hacer consensos y acuerdos para que las reformas estructurales salgan adelante y paralelamente el país, sin necesidad de esperar a que otras economías se reactiven como la norteamericana, para que nuestra economía crezca. Ojalá, aunque percibo que la población está como reacia a creer que los legisladores verdaderamente tengan esas ganas de coadyuvar con el progreso.
Si en su caso, los legisladores ven fallas o que no le convienen al país dichas reformas pues que haya alguna contrapropuesta (cosa que no hubo con la anterior legislatura), y que si evalúan que es buena para que el país salga de este ?bache? económico y se empiecen a generar empleos con ello, pues que lo implementen. Aquí, lo importante es eso, reactivar de manera preponderante el mercado interno ya que las actividades económicas que se relacionan con los mercados externos, también están con mucha incertidumbre pues la recuperación de Estados Unidos de América aún no se visualiza de manera clara, aunque ya hay avances en ciertos indicadores económicos respecto del año anterior y eso puede ser buen ?síntoma? para el despegue económico.
En concreto, esperamos todos que ese ?versus? entre los criterios de política económica del gobierno federal y los criterios de la ?política?política? de los legisladores, vaya en el tiempo diluyéndose o resolviéndose, si no cualquiera pensaría que las consecuencias para nuestra economía no serían nada agradables, y conllevaría aparte a elevados costos electorales para nuestros -ahora- no muy queridos políticos. ¿No cree usted?.
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