Sebastián defiende su actividad de limpiaparabrisas
TORREÓN, COAH.- Tiene sucias las manos, pero asegura que su trabajo es honesto. No dicen lo mismo los policías, tal vez por eso Sebastián huye de ellos: más de una vez lo han detenido por limpiar vidrios con una franela en los cruceros.
Desde hace cuatro años Sebastián Aguilera –mejor conocido como “El Tren”- se gana la vida limpiando los vidrios de los carros en la confluencia de la avenida Juárez y Diagonal Reforma. Asegura que antes de pasar su franela por algún automóvil, pide el consentimiento de los conductores. Si no quieren ni lo intenta porque dice, luego lo insultan y ni dinero le dan.
Algunos de sus compañeros creen que le apodan “El Tren” porque “carga de todo”. Pero él aclara. Le dicen así porque antes “fumaba y echaba mucho humo”.
-Pero ya no eh, hace mucho que no le hago a eso.
Desde hace algunos meses, los limpiaparabrisas deben cuidarse de los policías preventivos. Y es que si los ven trabajar después de las 11 de la mañana en los cruceros, se los llevan detenidos. Si no quieren permanecer en la cárcel, entonces pagan una multa de 100 pesos.
“El Tren” ya no recuerda cuántas ocasiones ha “caído” en la cárcel. Guarda algunas facturas de los Tribunales de Justicia Municipal para comprobar lo que dice.
-Siempre que nos llevan detenidos nos cobran 100 pesos. Que yo sepa no hay ninguna Ley que diga que está prohibido limpiar en los cruceros. En los cuatro años que llevo trabajando en esto, nunca me han enseñado el artículo donde está escrito que no podemos limpiar carros.
Una y otra vez niega que los limpiaparabrisas molesten a los conductores.
-Eso no es verdad, es más, hasta hay gente que ya nos conoce y nos habla para que les limpiemos sus carros –y añade-: es como cualquier otro trabajo.
Sebastián cree que las personas tienen derecho a trabajar donde quieran, siempre y cuando no sea en algo malo.
-Cada quien busca como puede la gorda del día, todos en el mundo andamos buscando la moneda, por eso trabajamos.
Todos los días llega al crucero a las ocho de la mañana y se va antes de las doce del mediodía porque a esa hora dice, llegan los policías a detenerlos.
-Yo quisiera que nos dieran la oportunidad de sacar para las gordas. Que nos den unas horas para trabajar y luego nos retiramos de los cruceros.
Para quienes trabajan en las calles no hay nada peor que un día lluvioso o terregoso. Entonces los que tienen la precaución de ahorrar dinero pueden irse tranquilos a sus casas y los que no, sólo estiran la mano a los conductores aunque no les limpien los vidrios de sus carros.
-Si nos llevan los policías es porque así se lo ordenan sus jefes. Llevo muchos años en este crucero y todavía se hacen que no me conocen y me detienen.
En ocasiones “El Tren” intenta despistar a los policías para que no lo detengan, pero sus manos sucias por el aceite de la franela, lo delatan.
-Cuando veo la patrulla me hago el occiso y le camino, pero cuadras más adelante me alcanzan y me dicen: ‘eh, tú eres ‘limpiacarros’. Les digo que sí, pero no estoy limpiando y me gritan: ‘no te hagas, traes las manos sucias’. Y luego me llevan al bote. Eso no es justo.