MATAMOROS, COAH.- Raymundo Crispín Gómez de 34 años de edad, hace de todo para sobrevivir. Es apicultor, ayuda a su abuelo en la siembra y cosecha espiga escobera que luego limpia para venderla, “pero cuando hay necesidad, me voy a la obra, a las maquilas... el caso es sobrevivir”, afirma.
Raymundo se encuentra bajo un mezquite limpiando la espiga escobera a través de un aparato que dijo se llama “malacate”. Enfundado con un mandil y una malla negra que envuelve su rostro para protegerse de la semilla que salta debido al proceso de raspado que ejecuta el aparato, explica que también es apicultor y tiene varios enjambres que cuida con mucho empeño porque es la labor que más le gusta.
Es nativo del ejido La Esperanza. Expone que en esa comunidad, la mayoría de la población trabaja en las maquiladoras, “pero con el cierre de estas empresas, aquí la gente está sufriéndola mucho”, afirma y luego comenta que por eso es bueno saber hacer de todo un poco.
El ciclo agrícola de la espiga escobera se establece entre los meses de abril y mayo. Es en el mes de abril cuando se cosecha, “aproximadamente dos hectáreas arrojan una producción de seis toneladas”.
Su abuelo, Lázaro Crispín Cervantes de 80 años de edad, aún trabaja la tierra, “yo le ayudo, pues aunque está activo, obviamente sus fuerzas ya no son las mismas, pero ahí anda el viejo todavía dando de qué hablar...”, ríe ante el comentario y luego agrega que el anciano hace escobas que luego distribuye a diferentes áreas de la ciudad.
Explica que como no es muy rentable la producción de espiga escobera, aprovechan al máximo las áreas cultivables, “nosotros arrojamos semillas de calabaza, maíz, ajonjolí, frijol y todo lo que podamos en los bordes de tierra para levantar la cosecha de estos productos que luego nos servirán para alimentarnos sanamente”.
Considera que es muy importante ahorrar, “lo bueno de la espiga escobera es que si no se vende, la podemos almacenar hasta todo un año y no le pasa nada... durante un rato podemos fabricar escobas y de eso, humildemente sobrevivir”.
Comenta que también de la miel saca un ingreso, “pero es poco, a los apicultores de la región nos hacen falta apoyos, tanto para producir como comercializar el producto... pero también de lo poco que deja la venta de la miel, sacamos pa’ la torta...”.
Proceso...
La siembra y cosecha de la espiga escobera no es muy rentable, pues se tiene que pagar por derecho al agua, la mano de obra para la siembra, la limpia y gastos de combustible.
· El kilo de espiga tiene un costo de un peso con 35 centavos en el mercado.
· En los meses de noviembre y diciembre vienen de Monterrey para comprarla.
· Se corta cuando su color es verde y aún está húmeda.
· Se extiende durante dos días para que se seque.
· Cuando está seca, viene el proceso de limpia.
· Sin semilla, la espiga se remoja y se corta.
· Los popotes deben estar húmedos para que no se partan.
· Esa es la condición propicia para empezar a fabricar escobas.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón