Víctor Sierra toma fotografías al lado de San Juan Diego o de la Virgen de Guadalupe.
TORREÓN, COAH.- Durante 12 días de cada año, Víctor Sierra instala su negocio de fotografía en una de las banquetas aledañas a la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe. Pero a pesar de los cientos de peregrinos que visitan la capilla, el negocio no va como esperaba.
Alrededor de diez puestos se instalan en esta temporada. En los estantes hay imágenes y estampas para que los peregrinos se fotografíen al lado de San Juan Diego o la Virgen de Guadalupe.
Víctor Sierra asegura que el negocio de la fotografía no va tan bien. El Martes pasado sólo logró vender dos. Y es que la competencia es fuerte: “aquí vienen unos ‘aprieta cámaras’ que se dicen fotógrafos pero no lo son”.
Dice que lleva 30 años en esta actividad y cada año la crisis económica está peor. Espera que en los próximos días la situación mejore. “Hay mucha gente pero no todos traen dinero. Nosotros cobramos el día que tomamos la foto y les damos una contraseña para que el día siguiente pasen a recogerla”.
Para el 12 de diciembre espera tomar por lo menos tres rollos. “Ese día será el bueno. Nosotros más que nada trabajamos por tradición y por religión, mi lema es servir a Dios y a la Virgen, incluso voy a México muy seguido”.
Todos los días Víctor Sierra llega a las ocho de la mañana y se va hasta que termina la última peregrinación. “Es como una penitencia, no cualquiera lo haría. Nosotros pagamos una cuota simbólica a la Iglesia para que nos dejen permanecer aquí”.
Para cuando llegan las peregrinaciones a la iglesia mucha gente ya trae fotografías. “Lo que pasa es que de donde salen hay fotógrafos y mientras caminan van y revelan, se las venden en el trayecto y después no tienen dinero para comprarnos a nosotros”.
Todo el día los fotógrafos de la Parroquia deben soportar el smog y el ruido de los camiones. El único sonido que no les molesta es el de las campanas.