TORREÓN, COAH.- “En Estados Unidos a los mexicanos, los japoneses nos conocen como los hombres del mañana, porque cuando nos van a buscar para ofrecernos un jale, la mayoría contestamos, sí, mañana, y aunque nos duela esa es la verdad ”.
Juan José Castañeda “El Casta”, de oficio carpintero, sostiene lo anterior, porque como otros compatriotas se fue a la aventura al vecino país donde permaneció por 18 años. “Me fui, hice mucho dinero y tuve muchas otras oportunidades, pero regresé igual porque me gustaba mucho ‘la tetera’... ése es el gran problema de muchos mexicanos”, reconoce.
“El Casta” tiene su taller de carpintería en la calle Niños Héroes 1448, negocio que le da para sobrevivir, comenta que hoy la situación es más difícil y no se puede competir con las empresas grandes porque venden todo prefabricado, aunque sean muebles de aglomerado, desechables que cuando presentan algún daño difícilmente se pueden reparar.
En las afueras de su casa, bajo el árbol que reduce la intensidad del calor, exhibiendo la serenidad que le permite el tratamiento contra la enfermedad que le ocasionó infinidad de problemas, Juan José recuerda sus inicios en la ebanistería, “a los 16 años empecé como aprendiz y seguí así hasta que me ganó el deseo de la aventura y salí de Torreón para viajar por Guadalajara, México, Durango y Estados Unidos, pero no para andarla regando como ahora se van muchos, sí andaba de parrandero, pero pura cerveza”, aclara.
“Después de tanto tiempo regresé y junto con mi hermano pusimos el taller de carpintería donde hacemos closets, mesas, cocinas integrales, de todo y comprobamos que el trabajo de ebanista aquí en México es muy diferente al de Estados Unidos, donde se trabaja con puro corte y clavo, máquinas de alta precisión. Allá comienzan una casa en la mañana y para la tarde ya la levantaron, aquí es más difícil el jale y uno de allá no tiene nada que venir hacer aquí”.
Afirma que los mejores carpinteros están aquí y que en este oficio nunca se acaba el aprendizaje, aunque de momento la situación es difícil pero pareja para todos.
Al hablar de competencia, “El Casta” reconoce que nos falta mucho, pues se ve en las fábricas que hacen tarimas: “yo veo que se van los camiones llenos de tarimas y regresan con la mitad, porque se las regresan, están mal hechas”.
-¿Se las regresan de Estados Unidos?
“No, con ese trabajo no tienen nada que ir hacer allá, ni siquiera los dejarían entrar, estamos mal acostumbrados, muchos somos irresponsables y nos gusta el traguito, aunque nos cueste muchos problemas y nos impida aprovechar muchas oportunidades, como yo cuando andaba en Estados Unidos, me ofrecieron trabajo en Arabia, algunos compañeros aceptaron y se fueron pero cuando se quisieron regresar les dijeron ¡no señor, usted tiene firmado un contrato por cinco años y aquí se queda hasta que termine! y a eso no estamos acostumbrados los mexicanos”.
Muchos otros muy buenos trabajadores, se van a otras naciones, pues en todos los países hay mexicanos, porque aquí está la mejor mano de obra, pero les falta apoyo del gobierno y por eso están por todas partes, muchos ganando muy buen dinero. “¡La mano de obra mexicana es la mejor del mundo, pero somos muy irresponsables!”.