Por Cecilia Aguilar Acuña
El Siglo de Torreón
MATAMOROS, COAH.- En la Ejidal Deportiva, una colonia poblada por humildes personas, vive Gabriela Aguilera Díaz una mujer que está pisando los 70 años, quien dice que la pobreza, la enfermedad y la soledad son el manto que día a día cobijan su vida.
Alicia se encontraba de pie, mirando al vacío en el umbral de la puerta de su deteriorada casa. Ésta solamente se compone por un cuarto de adobe desgastado y vigas perforadas que permiten el paso de los rayos del sol y “de la lluvia”, dice la mujer quien en la presentación obligada manifestó llamarse, “Grabiela... Grabiela Aguilera Díaz”.
Murió su esposo, murieron sus padres y luego sus dos hijas se “jueron, pos se me casaron y viven lejos de aquí”. Sin duda, el color de su vida cambió. Es gris, dice, porque la sombra de la incertidumbre siempre la acompaña. Su presente muestra el rostro de la desventura.
Las reumas en sus piernas la atosigan al grado que en veces no puede dar paso. Por esta razón no puede trabajar. La “gorda” le llega de la caridad de los vecinos.
No tiene servicio de luz y ni de agua potable, esta última se la regalan también las vecinas quienes manifiesta, “se compadecen de esta vieja”. Al tiempo que explica que hace unos meses un cuarto se le quemó porque dejó encendida una veladora, que según señala, “el aire la tumbó”, provocó que lo perdiera todo.
“El fuego se extendió y consumió todo a su paso, trastes, jarros, prendas de vestir, sillas y más”, explicó la mujer, “pasaron a ser cenizas, solamente me quedó lo que llevaba puesto”, afirmó.
-¿No la ayudó nadie?
-No, expuso.
Y luego señaló con su dedo índice, un fotocalendario del alcalde Felipe Medina Cervantes, que cuelga de un clavo de una pared desgastada: “Ahí lo tengo todavía, pa’ cuando venga un día hasta aquí, vea que voté por él y así me ayude... pos tengo mucha necesidad”.
Señala con lamento y decepción que el Alcalde no ha escuchado sus peticiones, pese a que varias veces le ha solicitado que la apoye con material para arreglar su techo, “mejor ayuda a quienes no lo necesitan... ojalá se apiade de mí, es que cuando llueve todo mi cuartito se inunda”.
El reloj marcaba casi la una de la tarde y Gabriela todavía no almorzaba, “es que una señora me debe cinco pesos de unas guayabas que alguien me regaló y le vendí pa’ luego comprar unas tortillitas y frijolitos, pero cuando fui a buscarla, no la encontré...”.
Donde antes estaba el cuarto que se le quemó, Gabriela tiene un viejo trastero en el que se aprecian dos tazas de peltre desportilladas, dos bolsas de pastas que no prepara por que le falta tomate y cebolla para hacer “su sopita”, que hubiera preparado en un cocedor de leña que ella improvisó en una esquina de esa área, “cuando salgo por ahí, voy recogiendo tablitas y ramitas para encender el fuego... es que no tengo estufa... ¡ja¡, pero si la tuviera con qué dinero compraría el gas”, considera la mujer.
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Gabriela Aguilera Díaz vive en calle Ortega número 1216 en la colonia Ejidal Deportiva. Su situación es lamentable.
· Tiene solamente dos camas.
· Mucha de la ropa se le quemó en el incendio.
· Necesita ropa de cama.
· Trastes.
· Trabajo que pudiera elaborar en su casa.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón