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Cuando se pierde el piso/Nuestro entorno

Alan Acoyani

Soberbia, inmadurez, falta de sensibilidad, novatez y muchos otros calificativos similares son los que se pueden aplicar al alcalde de Torreón Guillermo Anaya Llamas y la verdad es que no se entiende cómo es que pueda él calificar su labor con un sobresaliente nueve.

Por principio, un político no debe calificar el trabajo que desarrolla en la comunidad, esa es la labor de las personas que mediante su voto lo llevaron a ocupar el lugar que ocupa y en el caso de Guillermo Anaya, la verdad es que ni aún realizando una labor que le mereciera el nueve, tiene que ser él quien se califique, eso es arrogancia, además de que no tomó en cuenta que es su obligación trabajar al cien por ciento de su capacidad en beneficio de Torreón, ya que para eso lo eligió la ciudadanía.

Pero dejando a un lado la inexperiencia política de Anaya Llamas, es más preocupante que como primera autoridad municipal se encuentre tan desinformado, ya que en las declaraciones que recientemente hizo, al hablar de las obras que se han realizado durante su administración, contesta simplemente que “muchísimas”, pero no fue capaz de mencionar tres (obras importantes) seguidas.

También se puede considerar un reflejo de la deficiente labor que ha desarrollado al frente del Municipio, las constantes manifestaciones que se llevan a cabo en las instalaciones del palacio municipal.

El Alcalde indica que todas esas tomas son orquestadas y que las llevan a cabo grupos políticos que pretenden sobresalir en este tiempo que vive una intensa jornada preelectoral y posiblemente tiene razón, sin embargo otra cosa que no puede negar es el hecho de que todos los grupos que han acudido, con dirigente y sin él, llevan demandas sentidas y que les impiden llevar una vida digna en sus colonias en donde faltan los servicios públicos municipales como alumbrado, pavimentación, cordonería, limpieza, agua y drenaje.

Un amplio sector de la población se encuentra convencido de que el Alcalde ha desperdiciados los primeros cien días de su gestión administrativa “cazando brujas”, señalando errores y buscando culpables, cuando bien pudiera haber concretado sus esfuerzos a atender por lo menos las demandas más sentidas que le fueron presentadas durante su campaña electoral y especialmente en los sectores más marginados, pero es a donde menos se ha atendido, según se observa en las manifestaciones en Simas, en los plantones en la presidencia y en las marchas que le han escenificado incluso los mismos trabajadores del Ayuntamiento.

Las comparaciones siempre son odiosas, pero al voltear un poco a la capital del Estado, simplemente se pueden ver situaciones contrastantes con Torreón porque allá, se terminó un programa denominado cien días en acción y como parte del mismo se llevaron a cabo programas de pavimentación en colonias, colocación de luminarias, se instauraron comités de colonias que coadyuvan a las autoridades a atender las deficiencias que se tienen en materia de seguridad y atención a servicios sociales, además de que se exigió a cada director de las dependencias municipales el cumplimiento de una estricta agenda de trabajo.

En Torreón, desgraciadamente se carece hasta de la agenda y apenas está por anunciarse el Plan Municipal de Desarrollo y asimismo un programa de cien días, ya para qué, si los cien días ya pasaron.

Por otro lado, se debe tomar en cuenta que un gobernante debe pregonar con el ejemplo y el que ha dado hasta el momento el Alcalde, no es muy edificante, ya que mientras se ordena el cierre de antros a determinadas horas de la noche, el sitio al que él acostumbra a ir, permanece abierto mientras ahí se encuentre, sin importar el horario y eso no se vale.

Por otra parte, mientras que decenas de colonias populares carecen de servicios públicos y en especial de pavimento, la calle Margaritas, en la colonia Torreón Jardín, en el área en donde el Presidente Municipal tiene su domicilio, sea acondicionada con grandes bordos que ahora se ha dado en llamar “Reguladores de Velocidad” para que nadie ose pasar por ahí a más de 30 kilómetros. Cabe hacer mención que esos bordos fueron levantados con material del ayuntamiento, por trabajadores de Obras Públicas y con recursos que pagamos todos los torreonenses a través de nuestros impuestos.

Ya en Saltillo en días pasados se habló por parte de una diputada de presentar una solicitud de juicio político en contra de Guillermo Anaya Llamas, puede ser que el pronunciamiento en estos momentos sea una cuestión para hacer ruido en tiempos de precampaña, pero de seguir el joven alcalde con la misma tónica de trabajo, con esa inmodestia, falta de madurez, insensibilidad política, desinformado y con escasa obra pública, lo más seguro es que dentro de poco tiempo alguien y fuera de tiempos políticos tendrá los elementos suficientes para justificar una postura como la de esa diputada. Tiempo al tiempo.

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