MÉXICO, DF.- Leonardo Cuéllar Rivera, aquel jugador de Pumas -con melena afro que lo hacía parecer integrante del grupo musical Jackson Five en la década de los 70s- dijo que en México en general y en el futbol nacional, en particular, faltan dos palabras que casi ha sepultado la losa del neoliberalismo: conciencia social.
"Sí, deberíamos tener una mayor solidaridad entre nosotros. Sin culpa alguna, como lo hacen sentir los medios de comunicación, echémosle la mano al caído", comentó el técnico de la selección femenil mexicana de futbol desde hace cinco años.
Conciencia social es un término socialista. Y se entiende por un conocimiento interior del individuo del bien y del mal respecto a la sociedad, que se puede aplicar a cualquier sistema político.
Cuéllar, con la experiencia de radicar 20 años en Estados Unidos, donde terminó la carrera de preparador físico en la Universidad del Sur de California, fue más allá al afirmar que en el Tri femenil pretende crear esa conciencia y que las jugadoras sepan qué representa vestir la camiseta verde.
"Cualquier cambio que se busque en la sociedad y en el deporte comienza por el hogar -no por los partidos políticos- y durante las concentraciones la selección femenil de futbol se convierte en una segunda casa para las jugadoras. Además, a través de ellas, quiero retribuir mucho de lo que este deporte me dio".
El mismo Cuéllar, aunque no lo expresó, es un ejemplo de conciencia social. Cuando en octubre de 1998 aceptó la responsabilidad de la dirección técnica del equipo femenil, no cobró durante año y medio. Sólo tenía apoyo de transporte y viáticos para trasladarse de Estados Unidos, donde radicaba, a México y viceversa.
Y se refirió a Ana Gabriela Guevara. "El público se le ha entregado sin restricciones y así lo debemos hacer en todos los ámbitos de la sociedad. Ella es un gran ejemplo de que sí podemos tener respeto y amor por nuestra propia gente, y que ella se lo ha ganado enormemente".
Un ejemplo de su ardua labor es que el equipo que dirige está a un paso de obtener la clasificación a la Olimpiada de Atenas.
Del 25 de febrero al siete de marzo de 2004 se efectuará en San José, Costa Rica, un torneo donde participarán ocho equipos de la Confederation Of North, Central American and Caribbean Association Football (Concacaf, por sus siglas en inglés) divididos en dos grupos. De ahí saldrán dos naciones que estarán en la siguiente justa olímpica. Estados Unidos y México son los favoritos.
Habló del reto que significa para él crear una sólida columna vertebral del futbol femenil mexicano. Y que, por lo pronto, existen alrededor de 12 mil registradas que practican este deporte, aunque estima que esta cifra puede ascender a 70 mil en todo el país.
El técnico desea heredar la estafeta de la responsabilidad del Tri Femenil a gente que le dé continuidad, que vaya para adelante. "Este es un programa con exigencia y mentalidad de triunfo, que a lo mejor no van tan rápido como la gente quisiera, pero no se ha parado".
-¿Por qué no dirigir a un equipo profesional? "Por estar atrapado en otras responsabilidades, durante mi estancia en Estados Unidos rechacé algunas ofertas de clubes en México, como los mismos Pumas, donde jugué nueve años, Los Ángeles de Puebla, León y Atlas.
Lo que hace con el Tri femenil da la impresión que no le interesa dirigir a un equipo profesional en México.
"Sí, sería otra meta. Dar ese brinco", reconoció.