AMEALCO, GRO.- La danza en San José Itho, municipio de Amealco, es más que un baile, es el medio por el cual se cuenta la historia del pueblo, la forma de concebir el cosmos y la vida de su gente. Una historia contada por un singular personaje que es una alegoría de la existencia misma: el Sol que brinda calor y la posibilidad de vivir.
Con estas palabras explicó Maximina de Jesús Valdez, coordinadora del proyecto Dotación de Vestuario para los Grupos de Danza de El Petatillo, Sonaja, Arco y Xitaches Infantiles de San José Itho, favorecido por el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC), lo que significa la danza en su comunidad.
El propósito del proyecto es la preservación de los elementos autóctonos de la danza, cuyo origen se remonta a épocas precolombinas, enriquecida con el sincretismo, producto de las culturas mesoamericanas e hispana.
“La idea es que todos los habitantes de la comunidad la conozcan y, sobretodo, que les nazca el deseo de participar en las fiestas religiosas. Es importante que los niños las vean y sientan la necesidad de remontarse a sus raíces, que son las que pueden fortalecer su identificación con sus ancestros”.
La tarea es ardua porque los jóvenes prefieren la música moderna y los bailes importados de otras regiones del país o de los Estados Unidos, aunque deban bailar al compás de letras en inglés que en muchas ocasiones ni entienden, pero que por moda asumen como propias.
Doña Maximina comentó que la danza tradicional consiste en el tejido de unos listones unidos a un aro de grandes dimensiones insertado en un palo de madera. El aro simboliza el sol, representación de las deidades antiguas de los pueblos indígenas.
Remontándose en el tiempo, Maximina dijo que según la leyenda, el primer habitante del pueblo se llamaba José -de donde toma el nombre la población, en diminutivo, pero formado por dos palabras-, fundado por él y otros once hombres.
“Ellos fueron los iniciadores de la danza tradicional que tiene como finalidad mostrar su agradecimiento a Dios, representado por el sol, que dio origen a la danza de El Petatillo”.
Los listones simbolizan la vida, los sentimientos de los hombres y las mujeres: en términos generales la alegría y la tristeza, “cuando uno va comenzando y cuando otro se va acabando”.
Cada color de listón tiene un significado: el verde es la esperanza; el rojo representa la madurez, los logros de la persona; el amarillo es el apogeo de la vida; el negro el final de la existencia, “cuando uno está a punto de ingresar al panteón”.
En la actualidad la danza de El Petatillo es bailada por los niños de la comunidad. En sus orígenes fueron los adultos quienes la representaban. La modificación tiene el propósito expreso de involucrar a los menores con sus tradiciones; “es una forma de educarlos en nuestra cultura indígena”.
Los xitaches tienen la labor de entretener a los espectadores, “son una especie de payasos antiguos y se identifican como las personas que le dan color y alegría a la vida.
Doña Maximina de Jesús Valdez concluyó: “Es importante que se apoye el conocimiento y difusión de las danzas indígenas, no sólo de San José Itho, sino las de toda la República Mexicana, porque en ellas está parte importante de nuestra cultura, de las raíces que permanecen como identidad de los pueblos que se niegan a desaparecer”.