La información sobre el tratamiento del tema de las cuentas públicas por parte del Congreso de Coahuila, indica que nuestros diputados locales, no cumplen con las obligaciones que son a su cargo. En sesión de la Comisión de Contaduría Mayor de Hacienda de la legislatura, el martes pasado fueron aprobadas las cuentas relativas al gasto de los tres poderes del Estado, correspondientes al tercer trimestre del año pasado.
De acuerdo a la denuncia hecha por diputados de la oposición, la mayoría priista aprobó las referidas cuentas después de la proyección de un estado de cuenta en la pared, sin que mediara un análisis previo ni desglose de partidas y sin tener acceso a los soportes contables. Los diputados tampoco recibieron ningún documento que contuviera las referidas cuentas por escrito, lo que indica que la aprobación se realizó a ciegas en un clásico mayoriteo.
Según declaración atribuida al diputado Salomón Juan Marcos, la bancada priista considera correcto lo ocurrido, porque a su decir la tarea de fiscalización corresponde a la Contaduría Mayor de Hacienda y no a los diputados. Lo anterior es un disparate, pues la referida Contaduría no es sino un órgano burocrático de operación dependiente del Congreso y la función política de fiscalización es competencia de los diputados como representantes populares.
Además de la función legislativa, al Congreso corresponde fiscalizar y pronunciarse sobre las cuentas públicas, como salvaguarda de los dineros que el Pueblo pone en manos del Gobierno. La aprobación de dichas cuentas sin un previo análisis a conciencia constituye una simulación ofensiva, una traición a la confianza ciudadana y una burla a la transparencia de la que resulta obligada en los actos del Gobierno.