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MÉXICO, DF.- En México la existencia de un multipartidismo ha creado un sistema de doble legitimidad en donde el Ejecutivo y el Legislativo se autocontrolan y de no resolver esa situación, se puede llegar a una parálisis y una ingobernabilidad en el país, aseguró Arturo Valenzuela.
El investigador y consejero de Seguridad Nacional para Asuntos de Latinoamérica en Washington, destacó que México ha logrado dar pasos importantes en su transición por la democracia, pero hoy el gran desafío mexicano es cómo compatibilizar esto con el sistema presidencial que existe.
Quien también fuera subsecretario de Estado del primer gobierno del ex presidente estadounidense Bill Clinton aseguró que el país enfrenta el reto importante de la gobernabilidad, toda vez que no se ha podido avanzar en reformas fundamentales como la del Estado, a consecuencia de una falta de liderazgo que existe en el actual Presidente y una falta de estructura política.
Comentó que si durante el próximo período de sesiones en el Congreso que inicia el primero de septiembre no se logran las reformas pendientes, entonces “se corre el riesgo de caer en el futuro en una ingobernabilidad y la parálisis puede pasar a ser un problema más serio”.
“¿Cuál es su visión de las recientes elecciones en México?” Yo creo que las elecciones parlamentarias muestran una realidad bastante clara y es que México es un país multipartidista, o sea que efectivamente ha transitado de ser un sistema político unipartidista a un sistema multipartidista en donde las tres primeras fuerzas tienen un apoyo importante.
Valenzuela advirtió que en México no se ha podido avanzar mucho en reformas importantes y de fondo, en parte porque “a diferencia del sistema político mexicano anterior, donde el presidente conseguía grandes mayorías en el Parlamento y podía efectivamente ejecutar cosas, en este momento no tiene esas fuerzas políticas y tiene que hacer transacciones que hasta la fecha no han dado muchos frutos”.
“Es un problema hasta cierto punto de liderazgo, sin duda este es un presidente que no entra directamente en mucha de la negociación política, y en el sistema presidencial es el presidente y sus voceros más cercanos que tienen que trabajar mucho la cuestión política, pero no es solamente un problema de liderazgo; el problema es también un problema estructural, político, que tiene que ver con el hecho de que hay reformas políticas que están todavía por consolidarse y si México no confronta decididamente en este período las reformas pendientes, entonces sí que puede correr el riesgo de caer, en el futuro, en una ingobernabilidad. La parálisis que se ve hoy día podría pasar a ser un problema más serio en el futuro como se ha visto en muchos países latinoamericanos en este período de democratización”.