TORREÓN, COAH.- Aprovechando que la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), enfocó su atención a los establecimientos de autoservicio donde asignó un elemento para vigilar, los delincuentes hacen de las suyas en otros giros comerciales y el jueves asaltaron una gasolinería y un expendio de huevo.
El primero de los ilícitos se registró a las 23:00 horas en la gasolinería “Aranda”, sito en calzada Cuauhtémoc No. 899 sur, frente al Tecnológico de La Laguna, cuando un sujeto llegó y preguntó quién le podría cambiar un billete de $200.00.
José Hernández Cardiel, de 32 años de edad, vecino de calle Irapuato No. 50 de la colonia Las Julietas, le dijo que él era el indicado, por lo que sacó de la bolsa de su pantalón el fajo de billetes producto de la venta de combustible de ese día.
Esto era lo que esperaba el individuo, que al ver el efectivo, extrajo de entre sus ropas una pistola tipo escuadra con la que amagó a José y lo despojó del dinero cuya cantidad ascendía a cuatro mil pesos, luego del cual se dio a la fuga a pie, sin que nadie intentara detenerlo.
Sin embargo, el responsable de la gasolinería recordó haber visto anteriormente por ese rumbo al atracador, por lo que luego de que agentes de la unidad policíaca que acudieron al llamado de auxilio, pudieron establecer que el presunto ladrón responde al nombre de Antonio Chavarría Ruelas, alias “El Tony”, de 35 años de edad, vecino de calle Eduardo Guerra No. 151 bis de la colonia Lucio Blanco.
La Policía Ministerial ya hace las pesquisas correspondientes para dar con e paradero de este sujeto.
Asaltan en expendio de huevo
A plena luz del día, un sujeto que simuló llevar una pistola oculta entre sus ropas, despojó de mil pesos en efectivo a la propietaria del expendio de huevo y queso “San Sebastián”, ubicado en avenida Saltillo 400 No. 807.
A las 11:20 horas, Lidia Gutiérrez Woo se encontraba en su negocio, cuando hasta ahí llegó un individuo de estatura media, moreno, delgado, cabello corto, sin bigote ni barba que vestía suéter color caqui en cuello “V”.
Luego de preguntarle qué se le ofrecía, el desconocido metió entre sus ropas la mano derecha a la altura de la cintura y sin mostrarle arma alguna, le dijo que se trataba de un asalto y que le diera todo el efectivo que tenía.
Lidia no quiso arriesgarse a saber si llevaba o no una pistola, por lo que le entregó la cantidad antes citada y entonces, el asaltante se dio a la fuga con rumbo desconocido.