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Culpa De la Rúa a programa de TV

17 de diciembre de 2003.

Buenos Aires, 17 Dic (Notimex).- El ex presidente de Argentina, Fernando de la Rúa, atribuyó hoy la caída de su gobierno en diciembre de 2001 al programa cómico de televisión con mayor audiencia en el país y denunció que fue ridiculizado y presentado como inepto.

El ex gobernante, quien renunció al cargo en la mitad de su gestión y en medio de una rebelión social por la recesión económica, sostuvo que en junio de 2001 tuvo una "desgraciada" aparición en el popular programa "Videomatch", en el que fue ridiculizado.

En esa emisión de "Videomatch", programa que presentaba a un doble de De la Rúa, el entonces jefe de Estado confundió el nombre de la esposa del conductor del programa, el animador Marcelo Tinelli, y se equivocó al momento del salir del foro.

En una imagen que ha sido repetida para mostrar la falta de inteligencia del ex mandatario, al finalizar su participación en ese programa De la Rúa intentó salir por el lado equivocado y los titubeos fueron transmitidos en cadena nacional.

"Cuando quise salir por un lugar me dijeron que por ahí no se podía, cuando en realidad sí era posible. Después pasaron repetidamente la imagen mía yendo de una salida a la otra para descalificarme", aseguró De la Rúa este miércoles a la radio local.

Las gestión de De la Rúa fue duramente criticada en "Videomatch" y durante sus apariciones ante el público de Tinelli sufrió varios tropiezos, pues en una ocasión un ciudadano se coló al foro y lo increpó en cadena nacional sin que el gobernante reaccionara.

De la Rúa renunció al cargo el 20 de diciembre de 2001 en medio de una rebelión social que dejó decenas de muertos y durante su gestión de dos años se profundizó la recesión económica y la pobreza afectó al 54 por ciento de los 38 millones de argentinos.

El ex presidente es recordado por los argentinos como "aburrido" y "flojo" por las pocas acciones de gobierno que llevó a cabo y ahora enfrenta una acusación por la supuesta compra de votos en el Senado para aprobar una ley laboral.

La acusación, presentada la semana pasada por un ex funcionario de la Cámara Alta, ubicó de nuevo a De la Rúa en el centro de la atención nacional y llevó a los tribunales a dictar una orden que le impide salir del país.

De la Rúa había optado por mantenerse en un bajo perfil desde su salida de la presidencial Casa Rosada, aunque la gravedad de las acusaciones lo hicieron volver a los medios de comunicación para desmentirlas y asegurar que se deben a una campaña de desprestigio.

"Habría que ver quién es el beneficiario (con las acusaciones), quién tiene interés de que esto sea así. Yo pude comprobar que de ninguna de las áreas del gobierno salió dinero (para sobornos)", aseguró el cuestionado ex presidente argentino.

De la Rúa permanecerá en el centro del escándalo político durante las próximas semanas y deberá hacer muchos esfuerzos para limpiar su imagen pública.

Ni el ex gobernante ni su familia pueden caminar de manera libre y tranquila por las calles del país, ya que corren el riesgo de ser insultados, porque más allá de cualquier dictamen judicial, la gente ya los juzgó.

Este rechazo era impensable para el ex dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR) hace apenas cuatro años, cuando el 10 de diciembre asumió la presidencia con el 43.6 por ciento de los votos.

Poco le duró el gusto de la popularidad a De la Rúa, ya que sólo cuatro meses después estalló el escándalo de los sobornos en el senado y su gobierno comenzó un declive que en octubre de 2000 se agravó con la renuncia del vicepresidente Carlos "Chacho" Alvarez.

De ahí en más, la gestión de De la Rúa comenzó a naufragar y llegó a su punto culminante el 3 de diciembre de 2001, cuando tocó el bolsillo de la clase media argentina al decretar la retención de los depósitos bancarios de los ahorristas.

La ola de protestas y saqueos a tiendas y supermercados que generó esta medida presionaron a De la Rúa para que el 19 de diciembre ordenara un Estado de sitio al que los argentinos se rebelaron saliendo en masa a las calles para exigir su renuncia.

Solo, ya sin respaldo político ni de ningún tipo, De la Rúa abandonó en helicóptero la sede del gobierno el 20 de diciembre, en el fin más vergonzoso de una gestión que se tenga memoria en este país sudamericano.

Su renuncia no terminó con sus problemas, porque el ex mandatario comenzó a enfrentar una investigación que sigue y en la que se le responsabiliza por la muerte de cinco manifestantes en las protestas del 19 y 20 de diciembre de 2001 en Buenos Aires.

Además, este año se reactivaron causas en su contra por una supuesta desviación de fondos públicos y una concesión irregular para el peaje de autopistas que decretó cuando fue jefe de Gobierno de Buenos Aires (1995-1999).

También es investigado por haber decretado en 2001 la retención de los ahorros de los argentinos, con lo cual habría cometido defraudación a particulares, asociación ilícita y violación de los deberes de funcionario público.

Silencioso hasta el momento, De la Rúa ha advertido que "cuando sea el momento oportuno contaré los hechos tal como fueron, las circunstancias en que asumí el poder y los que surgieron".

Mientras, tendrá que seguir en calidad de visitante asiduo a los tribunales para intentar, de a poco, el descargo de todas las acusaciones en su contra.

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